BABYLON de Damien Chazelle - 2022 - ("Babylon")
Damien Chazelle se ha convertido en un experto en retratar los problemas que dan el éxito y la fama, en especial en la industria de Hollywood, que ha fotografiado en la actualidad (en "La La Land") y, ahora, en las décadas en las que el arte cinematográfico pasó de ser mudo a tener sonido.
"Babylon" es una película colosalista, un monumento al séptimo arte de tres horas y pico de duración. Montones de personajes, montones de escenas, montones de hechos, montones de extras. Es ambiciosa, extremadamente ambiciosa. Y es, para mí por lo menos, irregular, extremadamente irregular.
No digo que sea una mala película, ojo. De hecho, es una buena película. Pero creo que es descompensada, errática y abrupta en su guión, y eso la lastra bastante.
"Babylon", con un reparto de ensueño y un aspecto técnico y estético subyugante, narra un conjunto de vidas diversas de seres de toda clase y condición que se mueven alrededor de esa industria cinematográfica que, como he comentado, vive la revolucionaria y a la vez traumática para muchas personas transición del cine mudo al cine sonoro.
Chazelle nos lleva por los rodajes, por las intrigas de los estudios y sus tejemanejes, por las mansiones de los famosos y por los cuchitriles de los que luchan por serlo, por las grandes y delirantes fiestas de ricachones y derrochadores. Lo abarca todo, y eso a nivel de ambientación está genial. No lo está tanto, sin embargo, a nivel de trama.
El creador de "Whiplash" quiere abrazarlo absolutamente todo en su nuevo filme: desde el amor hasta el racismo pasando por la homofobia, la marginación del diferente, la carrera por estar siempre "in", el fracaso, la caída de los "juguetes rotos" de la fama, las drogas, el juego... Y logra aprehender algunos de estos temas y otros... Pues no.
Con los personajes le ocurre lo mismo: son muchos, y unos están muy desarrollados y otros menos, y la descompensación es tremenda.
¿Cómo ocurre esto en un metraje de más de tres horas? Pues, la verdad, no me lo explico. Hay tiempo de sobra para desarrollarlo todo bien, con sus detalles, con sus profundizaciones. Chazelle no ha estado fino calibrando un guión que aspira a lo universal y que sólo logra coger algunas cosas (porque para aspirar a lo universal hay que cuadrar muy bien lo que se cuenta).
Por si fuera poco, la película se le va de las manos en su tramo final. De repente, todo se desliza de golpe por un tinglado alocado que rompe la unidad anterior y que se ve improvisado, forzado. Chazelle quería acabar su cinta de esta forma con calzador, y claro, con calzador a veces hay elementos que entran y a veces hay elementos que se van de madre.
Más cosas buenas tiene, desde luego. Además de las antes mencionadas también añado unas actuaciones de absoluto órdago. En especial, destaco a una Margot Robbie inolvidable y a un Brad Pitt como siempre perfecto. (Y no me olvido de ese Tobey Maguire delirante y genial, no me olvido).
"Babylon" es apasionante en su retrato social y emocional, portentosa en lo visual, pero también, como he dicho, descompensada en lo argumental y abrupta, muy abrupta. Es una epopeya impresionante pero también hecha a retazos, como un puzzle roto. Una lástima.
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