viernes, 16 de julio de 2021

THE FAST AND THE FURIOUS. EL ORIGEN DE UNA DE LAS SAGAS MÁS LARGAS DEL CINE

THE FAST AND THE FURIOUS. A TODO GAS de Rob Cohen - 2001 - ("The Fast and The Furious")

La enorme (por cantidad de películas, no la por la calidad de éstas) saga de "The Fast and The Furious" es un caso cinematográficamente interesante. Sus detractores la acusan de ser una saga de canis, bakalas y traperos que explota la supuesta pasión de este público por los coches para entregar historias testosterónicas con una exaltación de la familia norteamericana de fondo. 

Sí, lo es ciertamente, pero como fórmula comercial ha sido un éxito indiscutible: sus hasta ahora diez películas llevan destrozando las taquillas, los videoclubs, las plataformas e Internet desde 2001.

Su fórmula ha sido explosiva, desde luego, y en la era de la mencionada Internet es difícil, bien difícil, estar dos décadas completas de taquillazo en taquillazo. 

"The Fast and The Furious" es una historia más de Hollywood con mensaje pro-familia (aunque aquí la familia se extiende a los amigos, por suerte) y con personajes testosterónicos que sueltan frases lapidarias y que viven en una suerte de paraíso de los coches en donde todos realizan carreras ilegales épicas que suelen culminar en juergas o en sexo. 

Algún toque machista hay por ahí, especialmente en sus primeras etapas, aunque son los menos y las protagonistas femeninas van ganando poder en la saga conforme avanza, todo hay que decirlo. 

En fin: la fórmula, como he señalado, ha sido explosiva, aunque la primera película de la serie no fuese ninguna maravilla y aunque dicha serie perdiese calidad en las siguientes.

Esta primera "The Fast and The Furious", dirigida por el artesano Rob Cohen, es bastante diferente de sus "hijas": presenta una historia de perdedores, de personajes marginales que han hecho de su familia su grupo de amigos y que a pesar de ser buenas personas y los mejores en su oficio (las carreras de coches y en general todo lo que tiene que ver con el mundo de los vehículos) viven en un lugar aparte que no les reconoce sus méritos. 

Los personajes no están mal, aunque sean algo tópicos: son creíbles y tienen carisma. A la película le pierde en parte el tener demasiados lugares comunes, un fondo de thriller algo predecible y una historia de amor típica. 

Sin embargo, hay química entre Vin Diesel y Paul Walker (que entonces estaban lanzando sus carreras todavía), las escenas de acción son aceptables (y más realistas, alejadas de toda la pirotecnia loca que vendría después, en especial a partir de la cuarta y quinta entregas) y el desenlace, verdaderamente sorprendente en un producto de este tipo, recuerda a esas historias de perdedores en los USA agridulces y de poso triste. 

"The Fast and The Furious" no está mal: se puede ver, no trata al espectador como a un tonto y no es tan mala como dicen que es. Fue un exitazo total y absoluto, uno de los más grandes de su década, y eso hay también que reconocérselo a nivel comercial.

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