viernes, 5 de febrero de 2021

STARGATE. UNA FANTÁSTICA AVENTURA DEL MEDIOCRE ROLAND EMMERICH

STARGATE de Roland Emmerich - 1994 - ("Stargate") 

El alemán Roland Emmerich es uno de esos tristes casos de directores que no siendo norteamericanos se muestran más patrioteros que muchos de sus colegas que sí que lo son. Instalado plenamente en la industria de Hollywood y dedicado por completo al cine comercial familiar, su obra, en la que se encuentran numerosos bombazos de taquilla, se mueve entre películas divertidas e inmensos bodrios. 

En sus creaciones prima la espectacularidad colosalista cimientada en guiones simples y muy sencillos destinados a desarrollar los efectos especiales que los envuelven y a menudo empapados de un patrioterío estadounidense ridículo. 

Sí, soy muy duro hablando de este director. Sinceramente, creo que tiene pocas cosas destacadas, aunque comercialmente sea, como he señalado, un gran rey del taquillazo. No obstante, hay una película suya que me apasiona, y esa película es "Stargate". Trato de ser siempre justo.

“Stargate” es, como he dicho, una de las mejores películas de Roland Emmerich (la mejor me atrevería a decir, aunque llegar a serlo no es nada difícil) y una joyita del cine de ciencia-ficción y de aventuras de los años noventa que pienso que ha de ser reivindicada. 

Su trama narra la historia de un grupo de investigadores y marines (no patrioteros en este caso y por suerte) que viajan a un misterioso planeta en el que una cultura emparentada directamente con la de los antiguos egipcios vive en medio de una gran amenaza.

“Stargate” es todo lo que son las películas de su creador: una trama simple y lineal en la que prima la espectacularidad por todo lo alto. 

Sin embargo, dentro de su género es una obra más que destacada, sin pretensiones de ningún tipo y verdaderamente divertidísima: interesa durante su primera parte y no decae desde que la acción empieza hasta que termina, mientras que tanto las interpretaciones de la pareja protagonista (Kurt Russell y James Spader) como la del villano (Jaye Davidson) son más que solventes y resultan muy carismáticas. 

El ambiente es otro punto a su favor, tremendamente evocador y con una cierta aura clásica entrañable (genial el vestuario y las armaduras de los soldados de Ra), así como los efectos especiales, que no llegan a acaparar todo el protagonismo en la obra. 

“Stargate” gozó de un éxito tal que pasó a convertirse en una saga mítica que hoy cuenta con novelas, series de televisión, series de animación e innumerable merchandising de todo tipo. Ojalá Roland Emmerich se hubiese prodigado más en este tipo de obras y menos en el pastiche catastrofista patriotero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario