lunes, 19 de octubre de 2020

SED DE MAL. LA OBRA MAESTRA FINAL Y ABSOLUTA DE ORSON WELLES

SED DE MAL de Orson Welles - 1958 - ("Touch of evil") 

Para mi, y para muchos otros más, "Sed de mal" es la mejor película de Orson Welles y su última gran obra maestra. Mejor que "Ciudadano Kane", sí. Para algunos críticos es incluso la última gran película negra de la Edad Dorada del cine de los USA. 

Orson Welles retornaba a su país después de haber estado rodando varias creaciones suyas anteriores en diversos puntos de Europa y lo hacía gracias a Charlton Heston; junto a él y a Janet Leigh protagonizó esta joya. 

"Sed de mal" se abre con uno de los planos secuencia más importantes y en su momento largos de la historia: tres minutos de tensión insuperable y buen hacer cinematográfico que culminan con un prólogo que pone los pelos de punta y que inicia de forma inmejorable esta cinta. 

El asunto central del filme es la lucha de la justicia contra la injusticia, de la integridad contra la corrupción. 

Orson Welles entrega en su personaje, Hank Quinlan, a uno de sus más grandes e inolvidables papeles y da vida a un policía corrupto, monstruoso, cínico, pero con un pasado importante y duro a sus espaldas. 

Charlton Heston hace justo el papel contrario. Ambos se enfrentan. Y ambos tienen sus razones y hasta el personaje de Welles resulta tierno por momentos dentro de su horripilante arbitrariedad de juez casi mefistofélico (a él le encantaba dar vida a esta clase de invididuos megalómanos y simbólicos). 

Todos los personajes de "Sed de mal" son redondos, perfectos, ambiguos y creíbles. Todos los diálogos son maravillosos y están llenos de frases para el recuerdo. Y también todos sus momentos, casi sin excepción, cumplen en su enorme puzle de thriller y relaciones personales que construyen un retrato crudo y agudo de los choques entre los USA y México y del lado oscuro de ambos países y de la justicia a veces arbitraria que reina en ellos.

La atmósfera, rodada en un precioso blanco y negro, de "Sed de mal" también es inolvidable. La frontera es retratada de una forma onírica, alucinógena a veces, con algún rasgo de puro surrealismo. 

La violencia es brutal y vistosa, y es un símbolo del mundo en el que los personajes se mueven, un mundo también sexual y de aire decadente. 

Orson Welles clava esta película. La clava. Entrega una obra maestra indiscutible absolutamente inimitable, llena de contenido, con un ritmo preciso y donde todo es perfecto. 

Por supuesto, no se libró el pobre de problemas. Una vez más, y aunque había vuelto a los USA para rodar y tal vez para reconciliarse con ellos, los productores de la cinta hicieron otro montaje de ella a sus espaldas que cambió partes de su trama y que supuso su fracaso comercial. 

Welles, que estaba en España en aquel momento rodando la película de "El Quijote" que nunca terminó, puso de nuevo el grito en el cielo. Por suerte, se restauró "Sed de mal" tal y como era y alcanzó su merecido estátus de obra de culto.

1 comentario:

  1. Brutal. Un Orson Welles físicamente irreconocible y haciendo el papel de un policía corrupto sin escrúpulos. Personajes muy logrados con grandes actores en una atmosfera muy NOIR donde no todo es lo que parece.
    Leí el libro no hace mucho e inmediatamente después vi la película.
    Recomendables los dos formatos.

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