lunes, 28 de septiembre de 2020

MI VECINO TOTORO. LA MAGIA DE LA SIMPLEZA MÁS DEPURADA DE HAYAO MIYAZAKI

MI VECINO TOTORO de Hayao Miyazaki - 1988 - ("Tonari no Totoro")

"Mi vecino Totoro", la película que termina de confirmar de forma definitiva al Studio Ghibli como uno de los estudios de animación básicos de la historia del cine, es un canto a la infancia y a la vida simple en el campo.

Esa que tanto ama su creador, Hayao Miyazaki, que levanta una obra maestra desde la sencillez más absoluta, una de las cosas más difíciles de conseguir en un filme de cualquier tipo. 

Dos niñas se trasladan con su padre a vivir a una casa apartada en un entorno natural idílico y, mientras su madre se recupera en un sanatorio de una enfermedad cuyo nombre no se llega a decir, descubren el mundo fantástico de los espíritus del bosque, personificados en el archiconocido Totoro, el gato gigantesco y carismático que se convertiría en la "mascota" del propio estudio de Miyazaki, y en otros seres como los duendecillos del carbón o el estrambótico y originalísimo Gatobus. 

Entre juegos y juegos y con un argumento minimalista donde la sencillez está elevada a su máxima expresión el espectador se convierte en un compañero más de estas niñas y regresa a su infancia.

Muchas interpretaciones tiene "Mi vecino Totoro", y muchas más sigue suscitando hoy. Película de meandros complejos tras su mencionada sencillez expositiva, podemos encontrar en ella el mensaje ecologista habitual de Hayao Miyazaki una vez más, así como (yo lo veo de esta manera) una representación más del paso de la infancia a una cierta concepción primeriza de los "peligros" de la edad adulta, representada la primera por los juegos de las niñas con sus compañeros del bosque y la segunda por el "susto" ante la enfermedad de su madre.

También encuentro en la película una propuesta de divagación sobre el papel de la imaginación en la infancia ante la posibilidad de los primeros hechos traumáticos (el debate sobre si Totoro y sus amigos son seres reales siempre surge) aunque alejada de lecciones morales, lo cual es muy de agradecer.

La animación de "Mi vecino Totoro" es, como viene siendo ya habitual en el Studio Ghibli, una maravilla, y tanto personajes como decorados son una delicia absoluta. 

El filme fue estrenado en 1988 en Japón junto a la también excelente "La tumba de las luciérnagas" del gran Isao Takahata (del que hablaré en otro momento), una película de estilo completamente contrario al de ésta, para "demostrar la cara y la cruz de la temática que ambas trataban"

En Estados Unidos se estrenó el filme en 1993 y en Europa a partir de 1995 (el manga japonés no estaba entonces tan aceptado como hoy en día y las producciones orientales no gozaban del favor que hoy tienen).

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