miércoles, 3 de julio de 2019

CICLO TOY STORY III: LA NOSTALGIA DE LO PERDIDO


Pocas películas consiguen hacer que se me salten las lágrimas, y una de estas pocas es "Toy Story III", que, llegada once años después de la segunda parte y quince de la primera, sabe reciclarse a la perfección para ofrecer una nueva cinta de aventuras y un homenaje nostálgico y muy sentido dedicado a todas las generaciones que crecieron con el avance de los estudios de Pixar.

Y es que en la tercera aventura de los juguetes de John Lasseter ya se respira, desde el inicio, una suerte de "mal rollo" o de tristeza: Andy se encamina hacia la mayoría de edad, se va a marchar a la universidad y sus juguetes han sido condenados al olvido y, además, notablemente diezmados (el único pero que le pongo a la película es que faltan personajes clave de la saga como Bo Peep -aunque esta por lo menos sería recuperada para la cuarta entrega-).


Hay una escena que es simplemente soberbia: la madre de Andy entra en el cuarto de su hijo y casi se echa a llorar al ver lo rápido que ha pasado el tiempo. 

En este panorama, Woody, Buzz Lightyear y sus amigos (los eternos Jessie, Sr. Patata, Slinky, Rex, Hamm...) van a vivir su última aventura para recuperar a su amigo de juegos o, por lo menos, para demostrarle que están ahí y que siempre van a estar para él.

"Toy Story III", aunque tenga un final feliz y aunque cuente con el humor de siempre, es una historia claramente crepuscular que me atrevería a decir que está más orientada a los adultos que a los niños.


Su tono es más serio, más crudo incluso, y la situación que pasan los juguetes abandonados en la guardería crea un mal rollo verdaderamente efectivo.

Por otra parte, los nuevos villanos son posiblemente los más complejos de toda la saga, incluida la cuarta entrega (víctimas del abandono y del miedo, se volvieron perversos y corruptos).

Destaca por encima de todos el "malo malísimo" Lotso, el oso de peluche, toda una explosión de carisma y, también, el desternillante Kent de Barbie, pusilánime y miedoso y mangoneado por Lotso.


Y bueno, el final de esta película es, sencillamente, genial: pone los pelos de punta y llama directamente a los niños que todos hemos dejado de ser de una forma u otra.

Quedan, por supuesto, las fabulosas escenas de acción y la animación, absolutamente maravillosa. "Toy Story III" fue el colofón que esta saga se merecía, sin duda. Y ahora, ha llegado una cuarta parte que no desmerece en absoluto de ella y de la que hablaré mañana.


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