lunes, 1 de julio de 2019

CICLO TOY STORY I: LA REVOLUCIÓN ANIMADA


"Toy Story", primer largometraje completo de John Lasseter y de los hoy en día imprescindibles estudios de Pixar, fue además la primera película de animación creada en su totalidad con efectos digitales. 

Su impacto y su legado lo conocemos ya todos: la herencia de su técnica animada se ha podido ver en las últimas décadas en otras películas, videojuegos e incluso en los avances de la robótica, según he leído.


A "Toy Story" le han salido imitadores por todas partes, y al estilo "pixariano" también (y los que les quedan). Y es que este filme sigue seduciendo como pocos por su revolucionaria animación (se pueden apreciar hasta las imperfecciones del suelo o las rozaduras de las puertas), por sus fabulosos personajes y por la genial historia que narra, orientada tanto a los niños como a los adultos. 

Porque la batalla campal que mantienen Woody y Buzz Lightyear es increíblemente humana: todos hemos vivido o conocemos situaciones similares entre familiares, amigos, parejas, compañeros.


Los celos, la ambición, el victimismo, el letargo emocional, el orgullo y la soberbia y finalmente la camaradería y la amistad son los ingredientes principales de la cinta, y adquieren una fuerza que consigue que nos identifiquemos sin problemas con los juguetes que la protagonizan (se retoma el concepto de esos cuentos clásicos en los que los compañeros de juegos de los niños toman vida cuando ellos no los ven y tienen montada su propia sociedad con sus propias reglas, sociedad que no es más que otro trasunto de la humana).

Sí, hay una lección moral que exalta la amistad en el debut de Pixar y Lasseter, pero es increíblemente madura y coherente, y alejada de maniqueísmos. 


El germen de películas animadas plenamente adultas ("Buscando a Nemo", "Los Increíbles", "Wall-E", "Up"...) que hoy tantos intentan crear (y que otros como Ralph Bakshi o Hayao Miyazaki -por poner gruesos y ultraconocidos ejemplos- ya llevaban años desarrollando) está en "Toy Story".

Y queda además la referida animación, absolutamente maravillosa, y unas escenas de acción geniales (el plan para escapar de la horrible casa de Sid, la batalla contra éste con los juguetes destrozados, la carrera final para alcanzar el coche de mudanzas...) y una banda sonora inolvidable y, sobre todo, unos personajes que han pasado a la historia.


No sólo Woody y Buzz; los demás juguetes son una oleada de carisma, y el villano es simplemente soberbio (el clásico niño maleducado al que todos hemos querido dar de hostias alguna vez), y los juguetes del mencionado villano que viven en un mundo post-apocalíptico de estilo "Mad Max" tampoco pueden olvidarse, y la familia de los protagonistas también se hace querer.

En fin, yo nunca me canso de ver esta película: estoy seguro de que muchos de vosotros, tampoco. Y sus secuelas no la desmerecen: esta saga que acaba de estrenar cuarta parte sigue en plena forma. Mañana, "Toy Story II". 


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