Con el nivel por las nubes tras la tercera y, sobre todo, tras la cuarta temporada, "Juego de Tronos" consigue mantenerse en la calidad en sus dos siguientes segmentos, a pesar de que repiten algunos errores que ya se vieron en el tercero en parte: esencialmente, hay tramas muy elaboradas y otras que no están nada desarrolladas.
A pesar de esto, estas nuevas baterías de episodios mantienen en todo momento un buen nivel y están llenas de escenas antológicas, de personajes inolvidables y de giros de guión que siguen sorprendiendo tras las "carnicerías" anteriores.
QUINTA TEMPORADA
La quinta temporada de "Juego de Tronos" es algo errática y tiene tramas llevadas de forma muy irregular, pero es en general es muy interesante en muchos de sus aspectos.
Si hay algo que destaco especialmente de toda esta saga es la excelente lección que se puede extraer de lo que ocurre en Desembarco del Rey con los Gorriones. Trasunto claro de la Inquisición, toman el poder porque Cersey se lo pone en bandeja y, de un día para otro, consiguen hacerse tan fuertes que su moral rancia infecta todos los callejones de una ciudad antes libertina e incluso son capaces de separar su poder del real para no tener que rendir cuentas ante nadie.
Tanto es así que a la propia Cersey el tiro le sale por la culata y es sometida al calvario más denigrante imaginable. El fanatismo religioso puede hacerse con cualquier sociedad en cualquier momento: sólo hace falta un "click" inesperado.
Y, además, sus gerifaltes pueden ser precisamente los más humildes de la pirámide y convertirse en auténticos inquisidores morales, en monstruosos vigilantes, inhumanos o directamente resentidos en su interior y ahora amparados por "la superioridad de lo correcto" para cometer sus desmanes.
También es muy interesante todo lo que acontece en Mereen, a donde van Tyrion y Varys, que descubren junto al espectador lo difícil que es ejecutar una transición de un régimen esclavista a otro en el que la esclavitud está prohibida y que deja una guerra de clases extremadamente difícil de manejar.
Otra trama política de diez que nos recuerda que demasiadas veces no hay soluciones blancas y negras para los conflictos, incluso aunque en ellos uno de los bandos sea claramente el de los malvados (los crueles ex-esclavistas en este caso, que quieren recuperar sus privilegios a toda costa).
Todo el arco argumental que se desarrolla en el Norte es igualmente fantástica: la brutalidad de Ramsay Bolton termina de delinear a uno de los villanos más estremecedores de la serie (y miren que los hay), y la frialdad de Stannis Baratheon al someter a los salvajes y quemar a su propia hija por orden de la Bruja Roja es algo que se queda marcado para siempre.
Nunca olvidaré la escena en la que se ejecuta el asesinato de la niña, nunca. Otra versión del fanatismo religioso, desde otro prisma.
Sin embargo, sí que quedan actos heroicos frente a estos personajes, como el de Mance Ryder, que prefiere morir quemado a arrodillarse ante un rey extranjero que se lo exige por la fuerza, o los de Theon y Samsa, que tienen una suerte de principio de "reconciliación" y que son ayudados por Brienne y Podrick en su huida de las garras de los Bolton.
Por contra, también en el Norte triunfa poco a poco la tenacidad y la justicia de Jon Nieve, que ayuda a los salvajes, que dirige con justicia la Guardia de la Noche y que es capaz de inspirar valentía y fe frente a las atrocidades de los mencionados Ramsay y Stannis.
Todo culmina en otro gran capítulo de batallas: el de Casa Austera, absolutamente inolvidable, y en el que los Caminantes Blancos ya exponen abiertamente su increíble y casi imparable poder destructor masivo.
En los aspectos negativos de esta temporada, tenemos primeramente el hecho de que el arco argumental de Bran no aparece: es ignorado durante diez capítulos completos. Creo que fue un error y que se podrían haber desarrollado muchas más cosas en él.
Finalmente, queda en el tintero uno de los reinos más ninguneados de la serie: Dorne. Su desarrollo es casi cero. No sabemos casi nada de su gobierno, ni de su gente, ni de sus ciudades, ni de prácticamente nada salvo de la existencia de unas Serpientes de Arena totalmente desdibujadas que aportan bastante poco. Una lástima.
SEXTA TEMPORADA
La sexta temporada recupera muchos niveles con respecto a la quinta y se me antoja, desde la cuarta, la mejor de todas (porque las dos últimas, por desgracia, no estarían a la altura ya en muchos aspectos).
El arco de Desembarco del Rey continúa indagando en las luchas de poder que se dan alrededor de una ciudad tomada de un día para otro por el fanatismo religioso más delirante y rancio y nos sigue enseñando lo frágiles que pueden llegar a ser nuestras libertades personales cuando a un grupo de locos les da por imponer su forma de pensar por la fuerza.
Siguen también los problemas en Essos, en las tres antiguas ciudades esclavistas, donde las viejas clases altas tratan de retomar su viejo poder y donde Tyrion tiene que destapar sus esencias negociadores para pararles los pies.
Mientras, Daenerys está perdida y va a protagonizar uno de los capítulos más geniales de la serie: el capítulo en el que destruye el poder machista de los dothraki y les da una lección mortal a sus líderes conquistadores. Imprescindible.
Pero para clímax, el último de los capítulos, con el retorno de Arya tras su duro entrenamiento por la puerta grande (impagable la venganza contra el asqueroso Walder Frey) y con la venganza de Cersey, que acaba con todos sus enemigos de un sólo plumazo (aunque, una vez más, el tiro le vuelve a salir por la culata).
Quiero recordar de todas formas un capítulo que me encanta: el de la reaparición del Perro. Capítulo en el que se da, en contraposición con la trama de los Gorriones, una visión positiva de la religión, que es capaz de operar cambios en algunas personas y ayudarles a redimirse (genial el personaje de Ian McShane: breve pero decisivo; un actorazo que se come la pantalla allí a donde va, serie o película).
En el lado negativo, sólo tengo que mencionar que no queda nada claro el porqué de que Jaqen H'ghar deje marchar a Arya después de haber violado los sacramentos del Dios de los Mil Rostros.
No llega al grado del olvidado Dorne, pero Braavos es otra cultura importante, decisiva tanto en Poniente como en Essos, que aparece algo desdibujada, en especial toda esta parte de la Casa de Blanco y Negro: si no has leído las novelas, no te quedará nada clara su función.
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