Una de las aberraciones más enormes del cine de superhéroes de todos los tiempos es esa película de 2004 llamada "Catwoman", que aprovechando descaradamente el tirón del personaje de Batman (y plenamente consciente de que Christopher Nolan estaba preparando su "Batman Begins") toma a una de sus más famosas villanas para presentar una historia sin nada que ver ni con el hombre murciélago ni con ella misma y verdaderamente horrorosa.
Sí, antes de "Venom", estuvo esta cosa. Eso de coger a un personaje en solitario, desgajarlo de su universo y ponerlo a él solo en una aventura absurda a pasar la gorra sin ningún respeto por el espectador no era nuevo.
Esta Catwoman ni se llama Selina Kyle, ni vive en Gotham, ni tiene ninguna relación con Batman ni con nada que se parezca a su universo: es una joven perdedora que trabaja en un gran laboratorio de cosméticos (?), que se enamora de un policía (¿?), que es una especie de encarnación moderna de la diosa egipcia de los gatos (¿?¿?) y que lucha contra una supermodelo con piel de acero que conspira con cosméticos mutantes (¿????????????).
Halle Berry es la protagonista, y la malvada de turno es Sharon Stone. Ambas, como todos los secundarios, hacen un papel patético en una suerte de thriller de acción predecible a más no poder con efectos especiales malos (encima) y con diálogos y escenas de vergüenza ajena (ese final de lucha de gatas, ese partido de baloncesto, esos maullidos constantes, ese muñeco de Sharon Stone cayendo desde un rascacielos... de pesadilla).
El señor Pitof, autor de la para mi apreciable "Vidocq", fue el encargado de perpetrar el bodrio tras la dirección.
"Catwoman" fue una de esas basuras odiadas por todos desde antes de llegar a las salas y un fracaso tanto de crítica como de taquilla.
La incluyo en esta serie sobre Batman en el cine porque creo que es interesante también repasar las atrocidades que Hollywood hace tantas veces con personajes míticos, a los que trata sin ningún respeto. Una porquería infame.
No hay comentarios:
Publicar un comentario