TINTÍN EN EL PAÍS DEL ORO NEGRO de Hergé - De 1939 (interrumpido) a 1950 - ("Tintin au paus de l'oir noir")
"Tintín en el país del oro negro", el álbum que venía después de "El cetro de Ottokar", había empezado a publicarse en septiembre de 1939 pero había sido paralizado de forma indefinida en mayo de 1940, cuando los nazis ocuparon Bélgica y el diario Le Vingtième Siècle, en el que se publicaba (en su suplemento infantil Le Petit Vingtième), fue cerrado.
Ocho años después, Hergé pudo retomarlo y concluirlo, ya en la revista Tintín, y lo situó, tras practicarle algunos cambios, después de "El templo del Sol".
"Tintín en el país del oro negro" se ambienta en vísperas de una guerra en Bélgica (no se dice contra qué país, pero se sobreentiende, por lo menos en 1939, que era contra Alemania) y Tintín tiene que desenmascarar a un grupo que sabotea en este ambiente suministros de petróleo en el Khemed, la nación ficticia de la serie que representa a una mezcla de pueblos de cultura árabe de su momento.
Originalmente todo transcurría en la Palestina del Mandato Británico, pero en la reedición de 1971 Hergé cambió este lugar por el mencionado Khemed a petición de la editorial inglesa de Tintín y así quedó definitivamente en la mitología de la saga. Fue su ayudante de entonces, Bob de Moor, famoso por su personaje Barelli, el encargado de corregir visualmente toda la edición que había quedado inconclusa en aquel 1939.
Como la aventura se situaba antes de "El cangrejo de las pinzas de oro", Hergé envió gran parte de este álbum al Capitán Haddock a la guerra: sólo aparecería al principio y al final. El villano volvía desde "La isla negra": el mítico Doctor Müller. También lo hacía el comerciante portugués Oliveira da Figueira, mientras que se presentaron como novedades al emir Ezab y a su insoportable hijo Abdallah, un niño absolutamente diabólico que funciona muy bien cómicamente con casi todos los personajes (a la vez que es extremadamente despreciable y hostiable: llega a sacar de quicio al propio Tintín y a hacerle perder su entereza).
Hergé retomó "Tintín en el país del oro negro" por consejo de su mujer y de sus amigos: estaba agotado tras "El templo del Sol", había pasado por muy malas épocas de depresión y según leo estaba ya incluso harto de Tintín. Retomar una historia previa y corregirla y añadirle elementos era más cómodo en aquel momento y le generaba menos estrés, y aunque no le gustaba personalmente volver a proyectos cerrados, aún cerrados en circunstancias tan extremas como la invasión nazi, aceptó.
Criticado por su irregularidad (un Haddock poco presente, una aventura con los ecos más locos de las primeras de Tintín en solitario, una sátira política que vuelve por fin aunque menos incisiva...), "Tintín en el país del oro negro" a mí me parece un cómic frenético (como "La isla negra") con escenas divertidísimas (el demoniaco Abdallah o los constantes gags de Hernández y Fernández -posiblemente aquí tengan los mejores de toda la serie-), con una intriga que se sigue bien (a pesar de que es cierto que parece repetida tras "Los cigarros del faraón" y "El cangrejo de las pinzas de oro"), con una representación del Khemed carismática (Hergé era un gran inventor de países ficticios) y con un desenlace muy loco y divertido.
Posiblemente lo accidentado de su producción y el haber venido después de una saga tan espectacular como la de "Las siete bolas de cristal" y "El templo del Sol" no jugó demasiado a su favor (las expectativas estaban altísimas), pero "Tintín en el país del oro negro" me parece un álbum que siendo ciertamente menos perfecto que otros es destacado y no desentona en la calidad general de la serie desde "El loto azul".





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