martes, 9 de julio de 2024

TRANSFORMERS II. LA VENGANZA DE LOS CAÍDOS. EMPIEZA LA CUESTA ABAJO DE LA SAGA

TRANSFORMERS II. LA VENGANZA DE LOS CAÍDOS de Michael Bay - 2009 - ("Transformers II. Revenge of the Fallen")

Con "Transformers II. La venganza de los Caídos" empieza la cuesta abajo vertiginosa de una saga que hasta el año 2018 no verá algo de luz con "Bumblebee". Porque esta primera secuela ya es todavía peor que su antecesora y riza el rizo de la vergüenza ajena.

Estamos ante una chorrada interminable de casi dos horas y media con escenas de acción aburridas y sin ritmo completamente abusivas, con unos personajes de pura pena (repite prácticamente todo el reparto de la original), con unos diálogos para llorar y con un humor sonrojante (y estoy siendo benigno, muy benigno). 

Y es que la película tiene, aunque parezca increíble, más secundarios cómicos que protagonistas principales, y todos son igual de cansinos e irritantes: el de John Turturro vuelve con toda su ridiculez acompañado de dos robots gemelos orejones de horripilante diseño, de una suerte de robot gremlin que intenta tirarse al de Megan Fox (¿a los robots les gustan las humanas?), de dos perros que a la mínima están fornicando en cualquier esquina, de los padres verborréicos de Sam Witwicky (insufribles), de un informático universitario bastante gilipollas, de un funcionario gubernamental ridículo y de un robot "viejo" y chocho perdido (sí, con barbas metálicas y todo... de infarto). 

La trama central, por otra parte, es errática y vacía y está engordada con escenas gratuitas de todo tipo de manera artificial para intentar hacer parecer al público que tiene una mínima consistencia (no lo consigue, por supuesto). 

El metraje es encima demasiado largo para no contar casi nada, mientras que, exceptuando a Bumblebee, los Autobots clave de la primera entrega apenas tienen protagonismo (una batallita de Optimus Prime al empezar la película y otra al final ya con toda la tropa -por supuesto como la de la primera parte, confusa e indefinida- y paren de contar). 

Los nuevos villanos de la función son, finalmente, el anticarisma personificado (uno de ellos con dos bolas de hierro colgándole del paquete... para salir corriendo). 

La cosa es que no acaban aquí los despropósitos, porque hay que volver a sumar el patriotismo trasnochado al más puro estilo de Michael Bay de siempre y la fanfarrona glorificación del ejército y de la vida miltar que está en tantas de sus películas.

La primera secuela de "Transformers" es, a pesar de su precioso acabado visual (todo hay que decirlo) un auténtico horror en todos los aspectos y una bazofia de tomo y lomo terrible, para olvidar. Pero la cosa no acaba aquí... 

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