viernes, 5 de abril de 2024

SOY LEYENDA. UNA PRIMERA HORA GENIAL Y UNA SEGUNDA HORA DESASTROSA

SOY LEYENDA de Francis Lawrence - 2007 - ("I am legend")

Más de tres décadas, casi cuatro, pasaron desde que llegó a las salas “El último hombre… vivo”, la aberrante versión del clásico de Richard Matheson “Soy leyenda” que protagonizó Charlton Heston, hasta que apareció la nueva y hasta ahora última versión de la historia, ya sí llamada con su título original. 

Éste segundo remake de las desventuras del último hombre de la Tierra cuenta con Will Smith como protagonista dando vida a Robert Neville, la ciudad en la que vive pasa de ser Los Ángeles a ser Nueva York y sus cazadores/víctimas vuelven a parecer básicamente vampiros, aunque con ciertos rasgos que recuerdan a los mutantes de la entrega de Heston. 

No voy a negar que “Soy leyenda” de 2007 tiene una primera hora de metraje excelente. Tampoco voy a negar que después de esta hora todo el conjunto se desinfla hasta caer en la fábula moralista de propaganda religiosa más vergonzosa. 

Hablemos de la primera hora. “Soy leyenda” es la película del hasta ahora tríptico de la novela de Matheson que ha contado con más presupuesto. Esto se ha dejado notar en sus mejores efectos especiales, que han permitido crear unos vampiros que van más allá de los simples zombies y monjes medievales maquillados de las dos primeras versiones (aunque también, y como corresponde a nuestros tiempos, sus formas tienen poco de sutil en el peor de los sentidos: son vampiros desaforados, muy exagerados, efectistas por acumulación y que de tanto grito dejan de producir miedo tras sus primerísimas apariciones). 

Sin embargo, en lo que más se ha notado esta inyección monetaria sin ninguna duda ha sido en los impresionantes paisajes de la desolada Nueva York en la que el filme se ambienta. Todo hay que decirlo: la soledad casi absoluta del protagonista no sería lo mismo sin este descorazonador mundo en ruinas que logra angustiar tanto de día como de noche y que resulta verdaderamente impactante contemplar en todo su silencio. 

La sensación de desasosiego y de tristeza es total, sensación que fomentan un Will Smith en estado de gracia y una trama llevada con notable ritmo y pulso… Que cae en picado tras el primer giro de guión importante.

Llega la segunda hora de “Soy leyenda” y todo se hunde porque, una vez más, sus creadores se alejan de la crítica y brutal novela original para presentar, como en “El último hombre …vivo”, otra típica y tópica historia de sacrificio personal por el bien de la humanidad que para colmo en este caso está orientada a la propaganda religiosa más ñoña y tonta. 

“Soy leyenda” se transforma de repente y tras alcanzar su momento álgido en otra película sensiblera americana del montón. El argumento da un brusco y odioso giro: aparece una mujer que nada tiene que ver con la del escrito original que trae un niño con ella y que habla constantemente de la presencia de Dios, la cual siente y la cual le dice que las cosas se terminarán arreglando. 

Se convierte todo de golpe y porrazo en el opuesto radical de la novela de Matheson. Y su mensaje no solo cambia totalmente, sino que aparece pervertido en una vil burla que, bien mirada, hasta resulta involuntariamente sarcástica. Todo el buen hacer de la primera parte del filme desaparece ante este bochornoso show sobre la fe. Triste, muy triste. Y seguimos esperando una buena versión de esta fantástica y básica novela. 

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