lunes, 31 de julio de 2023

OPPENHEIMER. UNA OBRA MAESTRA QUE NOS RECUERDA QUE NADA ES BLANCO O NEGRO

OPPENHEIMER de Christopher Nolan - 2023 - ("Oppenheimer")

En esta época de blancos y negros, de buenos y malos, de negación fanática y rancia de todo punto medio y de política basura de campo de fútbol, "Oppenheimer" viene a recordarnos que la vida a veces es un eterno gris monstruoso y tozudo. Cuanto más la maduro, más genial me parece la última película de Christopher Nolan.

"Oppenheimer", un retorno al cine histórico y realista tras su también fantástica "Dunkerque" (por medio ha estado "Tenet"), es otra salida más de Nolan de su zona de confort y otra de sus películas más "diferentes" (aunque conserve sus señas). Me encanta cuando los artistas arriesgan.

Estamos ante un fresco impresionante, soberbio, excelso y demoledor de una de las épocas más complicadas que la humanidad nunca ha vivido: la Segunda Guerra Mundial. Pocas han reconcentrado tal cantidad de horrendos acontecimientos, de brutales cambios, de inmisericorde destrucción y de salvaje pisoteo de los derechos humanos y desprecio por la vida (tal vez la anterior Gran Guerra, y no estoy seguro de ello, a pesar de lo cruenta que también fue).

Nolan se sirve de la vida real de Julius Robert Oppenheimer, el que posiblemente sea el principal "padre" de la bomba atómica que puso fin a la mencionada guerra, para ponernos ante una de las tesituras más complicadas a las que la humanidad ha tenido que enfrentarse. 

De la misma manera que en la espléndida "El viento se levanta" de Hayao Miyazaki (no es el mismo dilema, pero se le acerca mucho, pienso) nos encontramos ante un callejón sin salida creado por unos locos poderosos que han desatado una contienda sin visos de terminar y que obligan a tomar contra ellos medidas extremadamente drásticas. 

¿Qué habríamos hecho si fuésemos Oppenheimer? Nos lo preguntamos sin cesar. Porque toda persona tiene claroscuros, toda persona tiene grises y toda persona tiene miedos. Y siendo judío en aquel momento, el miedo es extra. 

Nolan consigue ponernos en el lugar del célebre físico y de varias de las personas que le rodean. Estamos, como he dicho, ante uno de los peores dilemas a los que nadie ha tenido, hasta la fecha, que enfrentarse. Y Nolan no juzga: sólo muestra. Las conclusiones vienen solas, pero vienen montones de golpe, como la ramificación de un árbol. ¿Qué habrías hecho tú, que ahora me estás leyendo, si fueses este hombre y si vivieses en su época?

Christopher Nolan articula este drama psicológico en torno a la mencionada historia del personaje principal a lo largo de las décadas clave de su acción alternando el color y el blanco y negro y con un ritmo dinámico y justo en cada punto clave. Tres horas que se pasan en un vuelo. No te enteras: la película termina y dices... ¿Ya? 

Otros asuntos universales pivotan alrededor del principal: la ciencia y la tecnologías mal usadas, el imperialismo, el racismo, la caza de brujas, la corrupción, el poder político utilizado en beneficio propio, los prejuicios y la hipocresía, la culpa y la redención.

El retrato histórico es, además de visualmente riquísimo, exhaustivo y milimétrico, y los datos, montones de datos, se nos van desgranando con una economía, inteligencia y delicadeza exquisitas. Comprendes todo el contexto en segundos, y luego te quedan claras todas sus consecuencias sin ningún tipo de esfuerzo. Nolan es un profesor de historia genial.

Finalmente, su reparto, cargado de caras conocidas (hasta el secundario que parece más secundario es alguien famoso) está en total estado de gracia. Sobre todo un Cillian Murphy absolutamente inolvidable y un Robert Downey Jr. totalmente apoteósico.

"Oppenheimer" es gran cine. Lo ha dicho ya todo dios en las redes sociales en la última semana, pero es que de verdad lo es. Un clásico instantáneo, una obra demoledora, difícil, cero complaciente y que muestra una realidad dolorosa desnuda que nos pone cara a cara con lo mejor y lo peor de lo que somos capaces de hacer cuando no tenemos opciones. Una obra maestra.

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