EL JUEGO DEL CALAMAR de Hwang Dong-hyuk - 2021 - ("Squid Game")
Tras ver "El juego del calamar" e informarme sobre la serie y su equipo, descubro que su director, Hwang Dong-hyuk, es un afamado realizador de Corea del Sur que tiene una muy interesante filmografía a sus espaldas. No he visto nada de él pero aquí queda esta filmografía para buscármela en cuanto pueda.
Él fue el autor, también, del guión de esta serie, que tiene una historia que da mucha luz sobre su objetivo: Hwang Dong-hyuk lo pasó mal durante la crisis económica de 2008 a 2014; tanto que, según he leído, vivía en aquel tiempo con su madre y con su abuela y que los tres tuvieron que pedir préstamos para poder salir adelante.
"El juego del calamar" surge de su experiencia traumática durante esta crisis y de la inspiración de mangas y novelas como "Battle Royale" o "Los Juegos del Hambre".
Él mismo declaró lo siguiente: "Yo quería escribir una historia que fuera una alegoría o fábula sobre la sociedad capitalista moderna, algo que muestre una competencia extrema, algo así como la competencia extrema de la vida. Pero yo quería usar el tipo de personajes que he conocido en la vida real".
De la misma manera, también expresó que quería conseguir, a la vez, un argumento que fuera "extremadamente difícil de entender y bizarro al mismo tiempo".
Hawng Dong-hyuk pasó diez años tratando de vender este guión a productoras, cadenas y grupos de actores, y no lo consiguió hasta que en 2018 la división de Netflix de su país se fijó en él (que en esos diez años ya había dirigido previamente, también, varias películas famosas).
"El Juego del Calamar" me parece una serie que ha cumplido bien el objetivo de su creador, aunque creo que, como le pasa a otras tantas, flaquea en su final. Su último capítulo es el único que me parece flojo, no obstante.
La idea la hemos visto ya en mencionados productos como "Battle Royale" o "Los Juegos del Hambre", pero sí que esta serie innova en algunas cosas que no puedo revelar para quién todavía no la haya visto (el tipo de pruebas y su disposición, sus reglas...) que consiguen que su juego sea una metáfora lúcida y precisa de muchos aspectos de la vida ultracapitalista de nuestros días.
En "El Juego del Calamar" hay muchas alegorías inteligentes y hábiles sobre esa cultura enfermiza y competitiva en la que tantas personas viven: unas porque la creen justa y la abrazan incluso con gusto; otras, porque no les queda otra que aceptarla debido a su pobreza (y aquí están las lecturas más interesantes).
Aunque pueda parecerlo, la serie de Hawng Dong-hyuk no es un espectáculo descerebrado de sangre y muerte. Tiene sangre y muerte, desde luego, pero lo que hay detrás de todo ello puede resultar mucho más aterrador y conecta mucho más con el estado de las cosas en este capitalismo brutal y sin sentido en el que estamos inmersos.
Sus personajes, espléndidamente desarrollados e interpretados, son una variada muestra tanto de seres aplastados por un sistema injusto (y también por sus propios errores, egoísmos y corruptelas: la serie no es maniquea) como de comportamientos a la hora de enfrentarse al mundo de la competencia.
Las pruebas que tienen que pasar son también, bastantes de ellas, símbolos de pruebas (valga la redundancia), de dilemas y también de actitudes que encontramos en nuestro día a día en todo tipo de situaciones, puestos de trabajo o interacciones con otras personas.
Le falla, como he dicho, su desenlace. Deja muchas cosas abiertas (imagino que para una segunda temporada que estoy seguro de que llegará) y tiene muchos fallos bastante gordos (en especial, en lo referido a la organización del evento y a su secreto, que llega a ser muy, muy poco creíble).
Igualmente, creo que en muchos aspectos se desliza todo en un estilo de folletín que pienso que no viene a cuento y que acaba con bastante de la credibilidad que la serie tiene en sus primeros episodios.
No obstante, "El Juego del Calamar" es recomendable, es hábil en su representación del estado de las cosas en nuestro capitalismo desmedido y absolutamente inhumano y es un retrato más que excelente de cómo las personas, cuando estamos al borde del abismo, podemos sacar lo peor (y a veces lo mejor) de nosotras mismas. Recomendable.
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