NO RESPIRES de Fede Álvarez - 2016 - ("Don't breathe")
El uruguayo Fede Álvarez hizo un trabajo excelente en el remake de "Posesión Infernal" de 2013 (y lo dice uno que por norma general no soporta los remakes porque, simplemente, no les ve sentido en la mayoría de las ocasiones).
Su segunda película, esta "No respires", es mejor, mucho mejor, y desde luego le confirma como una joven promesa muy a tener en cuenta.
Bajo una premisa que puede sonar tópica, Álvarez delinea una película de suspense, acción y horror magnífica, llena de sorpresas que se suceden una tras otra, y que sabe jugar perfectamente con todos los tópicos de su mezcla de géneros para entregar algo novedoso y hacer una relectura interesante y efectiva del filme "de psicópatas" al uso.
Unos jóvenes ladrones de poca monta y de familias desestructuradas, hartos de una vida sin oportunidades, atacan la casa de un veterano de guerra ciego para robarle una gran suma de dinero que saben que esconde y las cosas se les van de madre.
Se pueden imaginar lo que ocurre, pero no va a ocurrir realmente como se lo imaginan. Y no quiero decir nada más salvo que vean la película, porque el mal rato está asegurado.
La tensión está perfectamente cortada, el ambiente es genial, los personajes tienen profundidad de sobra, las escenas saben poner contra las cuerdas constantemente y todo está rodado con brío, con estilo, con fuerza y con garra.
Hay momentos que ponen los pelos de punta y otros que llegan a doler de verdad, y a nivel de guión está todo muy bien cuadrado y, aunque alguna laguna argumental hay, es mínima y se puede perdonar.
El filme, además, retrata también las consecuencias que la crisis económica de 2008 y para ello se vale de ambientarlo todo en la ciudad de Detroit, una de las principales de los Estados Unidos y una potencia de la industria del automóvil que durante la Gran Recesión fue muy golpeada por el paro y por la despoblación y que se ha quedado con barrios enteros abandonados y miles de familias en la cuerda floja.
Otro asunto que la obra trata, además del de la falta de futuro para los jóvenes, es el de la corrupción y la doble moral de la persecución del dinero a toda costa.
Totalmente sobresaliente, casi impecable, es la segunda obra de Fede Álvarez. No se pierdan "No respires": es una joya. Y además los actores están todos magníficos, en especial un Stephen Lang que pasará a la historia y que es capaz de oscilar entre el desvalimiento y el mal rollo con una pasmosidad brutal.
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