AMELIE de Jean-Pierre Jeunet - 2001 - ("Le Fabouleux Destin D'Amelie Poulain")
Puede que, como tantas películas que son presas repentinamente de una fama fulminante e inesperada, “Amelie” esté sobrevalorada en mayor o en menor medida.
Sin embargo, yo creo que esta segunda obra de Jean-Pierre Jeunet en solitario tras "Alien. Resurrección" es una joyita encantadora y con personalidad que conjuga a la perfección comercialidad y arte; arrasó en las taquillas mientras dejó contentos a una gran parte de los críticos y creó una "Amelie-manía" absoluta que todavía perdura, ya que se ganó instantáneamente su lugar en el podio de los filmes de culto.
Narra la cinta la historia de Amelie Poulain (entrañable Audrey Tautou en el papel que la lanzó a la gran fama), una chica parisina que dedica su vida a ayudar a los demás sin que ellos lo sepan, para lo cual elabora unos planes imaginativos como pocos y a veces delirantes.
Amelie se enamora de Nino (un excelente Mathieu Kassovithz), uno de los hombres perdidos a los que quiere ayudar y poco más hay que decir de la trama, aunque tampoco es lo más importante.
Con un ágil ritmo y comedidamente efectista, Jeunet, que al separarse de su anterior compañero de aventuras Marc Caro se desmarcó de la oscuridad de sus primeras obras, sabe enganchar al espectador desde el primer momento con una creación luminosa y colorista y sabe compenetrarle bien con la altruista heroína de ésta, ambientada en un París bucólico y onírico, siempre alegre y en el que mezcla el costumbrismo con la pura fantasía y la magia cotidiana.
“Amelie”, sin ser en mi opinión la obra maestra que tantos afirman que es, es una de esas películas con la extraña capacidad de alegrar sin problemas una tarde mala, un día aburrido; una película con una pasmosa capacidad para desatar una sonrisa. No me canso de verla cada cierto tiempo.
Buena película, como bien dices, tiene montones de detalles que dan alegría.
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