miércoles, 21 de abril de 2021

SUPERMAN: HIJO ROJO. EL FASCINANTE SUPERMAN SOVIÉTICO DE MARK MILLAR

SUPERMAN: HIJO ROJO de Mark Millar, Dave Johnson y Kilian Plunkett - 2003 - ("Superman: Red Son")

Al británico Mark Millar se le ha acusado mucho, en los últimos años, de haberse apuntado al cómic más comercial e incluso de copiar fórmulas de otros autores de forma descarada para vivir de ello. Puede que algo de razón haya en todo esto.

Puede, también, que este autor se haya vuelto también excesivamente hiperactivo (pienso que saca demasiado y con demasiada rapidez y que eso muchas veces impide madurar en condiciones una obra).

No obstante, en su primera y mediana etapas pienso igualmente que tiene un buen puñado de creaciones tan originalísimas como maravillosas. Por ejemplo, en este mismo blog comenté hace unos cuantos meses "1985: El año de nuestra vida", que me parece una joyita. Y tengo por comentar otras cuantas como sus trabajos para "La Cosa del Pantano", "Los 4 Fantásticos", "Civil War" o sus obras independientes "Kick-Ass" o "The Secret Service".

Hoy, reseño uno de sus mejores cómics. Y no sólo esto: reseño uno de los mejores cómics de la década de los 2000: "Superman: Hijo Rojo".

Estamos en uno de los universos alternativos más originales y sugerentes que se han dado, pienso, en DC: el universo alternativo en el que Superman, en vez de caer en los Estados Unidos, cayó en la Unión Soviética.

Mark Millar entregó, a lo largo de mayo y julio de 2003, esta mini-serie increíble en la que, por medio del formato de un "Elseworld" tradicional, desarrollaba una fascinante alegoría sobre el poder en todas sus vertientes.

Pienso que este cómic, a pesar de ser corto, hay que disfrutarlo poco a poco. A sorbitos incluso. Sus tres números se saborean más leídos y madurados en días independientes que de una sola sentada.

Superman, una fuerza invencible y omnipresente, quiere mejorar al mundo. Hacerlo incluso un lugar perfecto. Es algo que llevamos viendo desde siempre, pero no en el contexto de la mencionada Unión Soviética.

Mark Millar se desvía de lo que en un principio parecía que iba a ser una simple alegoría política para ir más allá, hacia lo universal. Los temas de "Superman: Hijo Rojo" los hemos visto antes, pero rara vez con esta lucidez.

El eterno "¿Quién vigila a los vigilantes?" de "Watchmen", el también eterno "El fin no justifica los medios", la reflexión sobre las "dictaduras benignas" y sus devenires, la fina línea que hay entre los héroes y los villanos, el sacrificio de la libertad en pos de la seguridad, el libre albedrío de la humanidad y sus ventajas e inconvenientes... Todo está en la coctelera de esta inolvidable saga alternativa.

Montones de preguntas, de metáforas, de razonamientos interesantes nos asaltan mientras leemos este cómic único. Es sugerente, es sesudo, es irónico y atrapa desde la primera página. Y está, además, hecho con cariño y con amor de verdad por el personaje principal y por todo el universo de DC.

Porque "Superman: Hijo Rojo" no es una reformulación de Superman solamente: es una reformulación de todo su mencionado mundo. Sí, vamos a ver también aquí a sus villanos habituales. Y, por supuesto, a otros superhéroes famosos de la casa.

Todo articulado en una trama dinámica, ágil, divertida a la par que seria, llena de sentidos homenajes, de escenas para el recuerdo y de combates y momentos de acción fascinantes. Y, además, con un desenlace absolutamente magnífico, que da una vuelta de tuerca inesperada cuando ya no se esperaba más, valga la redundancia.

No puedo terminar la crítica sin hablar del arte de Kilian Plunkett y Dave Johnson: el dibujo de esta serie es una maravilla, y también el color de Paul Mounts. Juntos configuran un estilo visual que recuerda a viñetas soviéticas, a su fina y utilitaria concepción del arte, pero sin perder la esencia más típica del arte americano de DC.

"Superman: Hijo Rojo" es un cómic que hay que tener, pienso. Seas o no fans de los superhéroes. Porque va mucho, pero mucho más allá que una simple relectura de un personaje famoso de su género.

1 comentario:

  1. De lo mejorcito de Mark Millar, en esa etapa donde nos regaló joyas como "The Ultimates", "Civil War" o "Kick-Ass". Es cierto que lleva ya años sacando sólo comics para vender los derechos, pero tienen un montón de buenas obras.

    Soy muy fan del Batman soviético. Tanto del concepto, como del diseño del perosnaje.

    Hacia mucho que no me pasaba por tu blog y me alegra ver que sigues en activo.

    Saludos.

    ResponderEliminar