jueves, 11 de marzo de 2021

SAW IV. MÁS DE LO MISMO OTRA VEZ, Y TODAVÍA PEOR, MUCHO PEOR (Y LO QUE QUEDA)

SAW IV de Darren Lynn Bousman - 2007 - ("Saw IV")

Supongo que James Wan, director de la "Saw" original, no se imaginaba la repercusión que ésta iba a tener en tan poco tiempo y mucho menos que su Jigsaw se convertiría con tanta velocidad en uno de los iconos del cine de terror moderno. 

Por supuesto, y por desgracia (era previsible) la saga que derivó de su creación no siguió en buena forma más allá de su primera entrega. 

“Saw IV”, como ya lo era "Saw III", dirigida de nuevo por el ya habitual Darren Lynn Bousman, es, más que nunca, una simple excusa para contentar al público más sediento de sangre y de gore delirante (con el objetivo que sea: pasarlo mal o pasarlo bien o echar unas risas). Y fin. 

Ni la enrevesada trama ni el hecho de que se narre el porqué de la locura de Jigsaw (que sigue siendo un psicópata de moral judeocristiana tremendamente beato) ayudan a aportar algo más a la obra, entre otras cosas porque el argumento ya no hay por donde cogerlo. 

Jigsaw ha muerto pero sigue dando por saco y ha dejado pruebas preparadas que son ejecutadas, al parecer, por otra mano en la sombra. Ya suena todo a cachondeo, y la cosa no anda descaminada: la total y absurda inmortalidad y omnipresencia del personaje central produce a estas alturas pura rabia, y la historia de su locura es tremendamente pueril y simplona y no crea ni mantiene el más mínimo interés por trillada y predecible. 

La trama, por otra parte, está dislocada en un infumable juego de flashbacks en el que el tiempo se descoca constantemente buscando en la confusión gratuita más descarada la originalidad y la hondura narrativa de la que carece totalmente. 

Para colmo, “Saw IV” está llena de fallos y de lagunas en el guión (algunas de bulto), los personajes (pésimamente aprovechados todos) de planos que son dan risa (y las horrendas actuaciones también) y los diálogos lo que producen es la vergüenza ajena. 

En el campo estético tampoco mejora: vuelve a ser un despreciable videoclip de casi dos horas; su estética tenebrosa y sucia artificial y sus constantes y cansinos filtros, flashes, ruidos y deslumbramientos cansan a la vista y en vez de otorgar ritmo y agilidad sumergen a los espectadores en el sopor más insostenible. 

El resto ya se lo pueden imaginar: autopsias muy detalladas, miembros volando por los aires, cabelleras arrancadas, martillazos en los ojos, cuchillos cortando caras, electrocuciones, ahorcamientos, cabezas aplastadas… 

El cuento ya no se lo traga nadie: “Saw IV” es una basura de película, una bazofia con todas las letras, un conjunto de estupideces gore con un argumento totalmente idiota para hacer caja pasando la gorra. Y lo mejor es que la cosa sigue, y sigue, y sigue.

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