miércoles, 5 de agosto de 2020

CICLO PIRATAS DEL CARIBE III. EN EL FIN DEL MUNDO


“Piratas del Caribe. El cofre del hombre muerto" fue un prólogo de dos horas y media de la cinta que hoy nos ocupa compuesto por un cuerpo de acción incesante aderezado con unos cuantos apuntes argumentales. 

Sin embargo, y a pesar de este lastre, resultó ser una película por lo menos coherente. “Piratas del Caribe: En el fin del mundo” ya no es ni eso: la que hasta ahora es la peor entrega de toda esta saga es un infumable batiburrillo inconexo y precipitado lleno de lagunas argumentales (algunas hasta de bulto).


Si el pecado de la mencionada segunda parte del hasta ahora quinteto era su poca trascendencia argumental, el de la tercera es precisamente el contrario, pero desde el peor de los sentidos: en la segunda se ha contado y resuelto tan poco que ahora hay que soltar todo lo que queda por soltar aquí, y además de golpe.

Así, la película, que vuelve a tener un metraje de dos horas y media, es, además de una imparable cascada de escenas de acción, también una imparable cascada de hechos, y ahora los que están metidos con calzador son precisamente éstos, que por su cantidad y por su frenético discurrir acaban ahogando al espectador. 


Pero, por si fuera poco, tiene el guión del filme además una estructura farragosa y gratuitamente retorcida que no ayuda en absoluto a su comprensión.

Llega un momento en el que nadie sabe qué está pasando exactamente y quien está en cada bando y por qué.

Los personajes también se resienten: de la manera más absurda los guionistas sacan de la historia a dos caracteres clave de la anterior entrega: el Kraken y el Comodoro James Norrington. 


Es especialmente estúpida la manera de morir que tiene el primero, que demuestra la pésima planificación que han tenido las dos películas desde un principio.

Por otra parte, el nuevo pirata interpretado por Chow Yun-Fat no aporta absolutamente nada a la trama salvo la forzada concesión del título de jefa de su flota a Elizabeth Swann, que, al igual que Will Turner, termina convirtiéndose en una pirata de la manera más tonta.


Sin embargo, el desastre más grande viene con la historia de amor de Davy Jones y de Calipso, que se queda completamente colgada después de una vergonzante escena en la que la segunda se convierte en una gigante y explota desatando una tormenta (¿tanta leyenda y tanto cuento con Calipso para esta chorrada?).

Jones, por cierto, pierde una notable importancia en la trama: supuestamente es el villano principal, pero su historia personal no avanza y se ve ensombrecido de repente por el líder de la Compañía de las Indias Orientales. 

Sólo dos personajes conservan algo de frescura: Jack Sparrow, graciosillo, y el capitán Barbossa, acertadamente recuperado.


Para terminar, decir que las escenas de acción han perdido inventiva, el humor es menos efectivo y más facilón y hay cabos sueltos por todas partes (el papel de Calipso, la muerte del Kraken, la explicación del “mundo de Davy Jones”, la batalla final en la que sólo lucha el barco de los protagonistas…).

Un total desastre. Hasta este momento, "Piratas del Caribe. En el Fin del Mundo" me ha parecido la peor de las cinco entregas que tiene la saga, y además con diferencia.


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