viernes, 10 de julio de 2020

101 DÁLMATAS. DISNEY EMPIEZA A ABRIRSE A LOS NUEVOS TIEMPOS


Con "101 Dálmatas", basada en la obra homónima de Dodie Smith, se empieza a notar ya claramente que "los tiempos cambian", incluso para un estudio como el de Walt Disney, férreo abanderado de la moral más rancia y pacata del Sueño Americano.

Primera película animada realizada con técnicas de xerografía (debido al altísimo número de perros que había que animar), aunque sigue presentando la clásica apología del, de alguna manera, "sentar la cabeza" formando una familia y teniendo hijos sí o sí (presente en prácticamente todas las películas de este estudio en su primera etapa), también presenta ya claramente a unos personajes de corte más "rebelde".


Los dueños de los dálmatas que dan nombre al filme son, conforme a su época, unos "bohemios" o, por lo menos, tienen bastantes comportamientos que se alejan de los caracteres más clasistas o con roles más cerrados vistos en otros filmes de Disney.

Roger y Anita son una joven pareja que adora el arte y que defiende a los animales. Sí, una vez más, el mensaje de buen trato hacia los mencionados animales ocupa un papel central en la obra, aunque aquí es el principal de todos.


Roger y Anita y sus perros Pongo y Perdy representan los clásicos buenos sentimientos y valores marca de la casa, que se contraponen a los de una de las más grandes villanas que la compañía de Walt Disney ha creado nunca: Cruella de Vil, representación de la persona perversa e inhumana de clase alta, esnob, con un pésimo gusto en todos los aspectos, con un concepto del arte y de la vida en general clasista y que ve a los animales como seres inferiores a los que se puede usar y tirar.

Es fácil encontrar en esta inolvidable y siniestra antagonista una crítica a cierto tipo de persona que por desgracia sigue abundando.

"101 Dálmatas" es todo un canto a la solidaridad además, ya que todos los animales que rodean a Pongo y Perdy (y no todos son necesariamente perros como ellos) ayudan a estos y a sus hijos a escapar de su pérfida perseguidora dando a entender que la fraternidad no entiende ni de razas ni de especies.


Por supuesto, la animación es fantástica, los escenarios "idem" y la película tiene escenas de acción para el recuerdo, un humor fino e inteligente y una de las mejores galerías de personajes del estudio de Walt Disney (ahí quedan también los inútiles y cómicos hermanos Badun) .

"101 Dálmatas" tuvo una muy tardía y horrenda secuela animada en 2003 llamada "101 Dálmatas II" que no está incluída en el cánon de Clásicos Disney y también varias versiones con actores reales: ninguna tiene ningún interés ya que no son más que productos menores del estudio (y considerados como tal al no ser incluidos en el mencionado cánon) para aprovechar el tirón y hacer caja.


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