lunes, 18 de noviembre de 2019

THX 1138. LA DISTOPÍA CON LA QUE GEORGE LUCAS EMPEZÓ SU ANDADURA


George Lucas siempre será recordado, esencialmente, por la saga que revolucionó para siempre el cine de ciencia ficción y de aventuras: "Star Wars". Sin embargo, antes de rodar la primera de sus entregas, se hizo un nombre con dos películas que se han quedado algo olvidadas y que son bastante interesantes: "THX 1138" y "American Graffiti".

Basada en su propio cortometraje “THX 1138 4EB: El laberinto electrónico”, “THX 1138” fue la primera obra de ficción que dirigió este magnate, cuyo título fue parcialmente utilizado tiempo después para designar al sistema de sonido de alta fidelidad THX que todos hoy conocemos.


Basada claramente en obras distópicas del tipo de “1984” de George Orwell, “Un mundo feliz” de Aldous Huxley o “Fahrenheint 451” de Ray Bradbury, “THX 1138” es debut estéticamente cuidadísimo pero argumentalmente muy fallido.

La sociedad futurista que nos presenta Lucas tiene un problema que lastra a la película: su indefinición. Estamos en una suerte de mundo ultraconsumista, dominado por unos medios de comunicación invasivos y deshumanizados, pero a la vez el sexo está prohibido y hay un líder omnipresente que lo observa todo, como el Gran Hermano, pero de carácter religioso (y con un claro parecido con Jesucristo).


No sabemos qué sistema político está criticando el filme, aunque se nos den apuntes (es claramente anticapitalista y antireligioso, pero también denuncia la alienación del individuo en una sociedad delirantemente colectivista como puede ser la de una dictadura de corte comunista).

"THX 1138" no cala en el espectador porque no hace referencia a su tiempo. Ni al de 1971, ni al de décadas posteriores, ni al actual. No elabora un retrato político y social claro, y eso, como he dicho, la lastra.

Tampoco ayuda su ritmo, que llega a ser soporífero. Especialmente, acercándose a la mitad del filme, cuando ya su universo ha sido presentado y el interés decae ante unas escenas de acción sin alma, ante unos personajes mal desarrollados y ante un montaje muy abrupto.


Sí hay algo que destaca en el filme: su elegante ambiente (blanco, aséptico, frío, onírico, siempre distante y a veces incluso lírico) consigue transmitir plenamente la sensación de angustia y de pesadilla buscada. Con ello colabora también la conscientemente machacona banda sonora de Lalo Schifrin.

Como protagonista de "THX 1138" tenemos a un jovencísimo Robert Duvall en uno de sus primeros papeles (excelente por cierto) y también a Maggie McOmie y al gran Donald Pleasence, que entregan unas notables interpretaciones.


La primera película de George Lucas está llena de buenas intenciones y, visualmente, está cuidadísima (y además con un presupuesto limitado y con escenarios también muy cerrados pero excelentemente aprovechados). Es una lástima que no cumpla ni su sustrato político, que se queda en una tópica lucha por la libertad a secas, ni su deficiente trama y su abrupto ritmo.

Fue "THX 1138" un estrepitoso fracaso comercial que casi hundió a la compañía American Zoetrope que Lucas y Francis Ford Coppola habían fundado. Años después, tras el rompedor estreno de “La guerra de las galaxias”, fue repuesta y se convirtió, a pesar de sus fallos, en un filme de culto.


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