MARTE de Ridley Scott - 2015 - ("The Martian")
Así es Ridley Scott: pura irregularidad. Película buena, película mala, película regulera, bodrio infumable y otra vez buena obra. Ahora nos toca reseñar, por suerte, una película buena. "Marte" ("The Martian" en el original) es una película desde luego buena, satisfactoria, que redime a Scott una vez más de su anterior mediocridad, "Exodus" (aunque previamente, en 2013, había entregado el director un thriller fantástico: "El consejero"; así es él, una montaña rusa).
Claramente influenciada por el éxito de "Gravity" de Alfonso Cuarón, "Marte" es una nueva odisea de supervivencia en un entorno hostil espacial: en este caso, dicho entorno es el propio planeta Marte, en donde un excelente y sufriente Matt Damon ha de apañárselas para vivir mientras llega (o no) un plan de rescate desde la Tierra para sacarle de allí.
Ridley Scott hace gala de su maestría visual sin par (eso nunca le ha faltado, ni siquiera en sus peores obras) para mostrarnos un mundo de soledad eterna y belleza también eterna fantásticamente recreado: amenazante, hermoso, ambiguo.
Y la aventura de su único habitante está igual de bien llevada: todas las escenas, las de acción incluidas, son una maravilla de la inventiva. Desconozco si son "posibles" o realistas porque no soy científico ni estoy ducho en temas espaciales, pero, como dije con "Gravity", me sobra este realismo porque el espectáculo visual es a todas luces fantástico.
A "Marte" tampoco le falta el ritmo: desde unos primeros minutos iniciales realmente magistrales y agobiantes hasta el sorprendente clímax, el espectador está siempre atento e interesado en lo que cuenta. La película dura casi dos horas y media y se pasa en un vuelo. Bien por Ridley Scott.
Y los actores están todos muy bien, y también el mensaje que el filme destila, de unión mundial para salvar vidas, es el acertado y está expuesto sin demagogias y sin ñoñerías y también sin patriotadas baratas."Marte" es solidaridad, tensión y diversión a partes perfectamente equilibradas. Lo dicho: bien por Ridley Scott.
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