SCHULZ, CARLITOS Y SNOOPY: UNA BIOGRAFÍA de David Michaelis - 2009 - ("Schulz and Peanuts: A Biography")Hace aproximadamente un mes comenté, en la etiqueta de "cómics", la obra magna de Schulz: "Peanuts". "Peanuts", valga la redundancia, supuso un antes y un después en el mundo de las tiras: cambió su historia a lo largo de los cincuenta años en los que fue publicada prácticamente sin interrupción.
Charles M. Schulz dejó a su muerte 17.000 de estas tiras y un imperio gigantesco del merchandising basado en sus personajes que, para venir de él solo, resultaba muy impresionante, ya que llegó a hacerle sombra en su momento de florecimiento máximo al mismo imperio de Walt Disney.
Para entender a este inimitable autor recomiendo muchísimo esta biografía: "Schulz, Carlitos y Snoopy". Su escritor es el periodista norteamericano David Michaelis, y el trabajo de investigación y de análisis que ha realizado para sacarla a la luz me parece espectacular.
En un estilo ágil pero muy descriptivo, y a lo largo de más de 600 páginas de interesantísimos datos y reflexiones, este ensayista nos lleva por una biografía que pocas personas conocen pero que es, además de extremadamente interesante, básica para comprender tanto al creador de estas tiras como a la sociedad norteamericana de su momento (que en muchos aspectos no ha cambiado casi nada).
"Peanuts" fue un gran éxito casi instantáneo y se convirtió en la tira más importante e influyente de los Estados Unidos y de más allá: llegó a 75 países y se publicó ininterrumpidamente desde 1950 hasta el año 2000, en el que Schulz falleció a los 77 a causa de un cáncer de colon.
Tuvo merchandising de todo tipo, especiales televisivos, películas, y solamente creaciones como "Garfield" de Jim Davis o "Calvin & Hobbes" de Bill Watterson (o fuera del mercado de los USA la "Mafalda" del argentino Quino) le pudieron hacer algo de sombra después de muchos años de hegemonía prácticamente total e indiscutible.
Bajo esta historia de triunfo, sin embargo, y como es de esperar, hay mucho, muchísimo más. Porque Charles M. Schulz, que llegó a ser una celebridad en vida que recibía montones de cartas de sus fans y hasta visitas inesperadas en su gran mansión, que se hizo millonario y que llegó a tener su propio centro de entretenimiento basado en sus personajes, era un personaje complejo y con muchos problemas que arrastraba desde la infancia y que le lastraron parte de su vida adulta.
A pesar de su triunfo en una sociedad, la norteamericana, que valora esto por encima de todo, Schulz no fue feliz de forma ininterrumpida.
Su infancia fue "normal" salvo por, como él contaba, el acoso típico al que los niños matones de su colegio y de su barrio sometían a los que veían más débiles, que él siempre recordó con rencor. Sin embargo, se crió en un hogar estable, con un padre que tenía su propia barbería y que mantenía bien a la familia.
Su juventud, sin embargo, fue bastante desgraciada: su madre murió tras un cáncer largo y brutal justo el mismo día en el que él tuvo que marcharse a luchar como soldado en Europa a causa de la Segunda Guerra Mundial.
La contienda, por suerte para él, le pilló ya en su etapa final y apenas cogió un arma, mientras que en el ejército destacó como un recluta inteligente y querido por sus compañeros y superiores. A pesar de ello, el trauma ya estaba allí, y le quedó para toda la vida.
Luego, llegó el éxito con "Peanuts" (tras una breve etapa con su tira antecedente, llamada "Lil's Folks" y publicada en uno de los diarios de St. Paul, su ciudad natal de Minnesota) y su matrimonio, y también llegaron sus hijos y un hogar supuestamente idílico que nadaba en la abundancia.
A pesar de esto, Schulz, como he dicho, no fue feliz en todas las etapas de su vida. David Michaelis nos narra su ascenso vertiginoso a la fama mientras también despieza sus problemas amorosos y su matrimonio fracasado, su imposibilidad de dejar atrás su pasado (por lo cual se refugió en sus tiras, en las que trabajó prácticamente todos los días de su vida), su frustración sexual y amorosa cuando la relación con su primera mujer se fue a pique, su competitividad brutal en lo que era su profesión, competitividad que le llevó a no aceptar a quien pudiese siquiera hacerle la más mínima sombra (por ejemplo, Jim Davis con su "Garfield", que fue un competidor suyo tardío pero al que miró con malos ojos) y su engreimiento de "hombre hecho a sí mismo" (algo muy típico de tantos norteamericanos que se hacen ricos).
También están sus puntos luminosos, ojo: Schulz fue una persona que vivió para su familia y que siempre fue responsable con ella, que crió a una hija que no era suya como si lo fuese (la hija que tuvo su primera mujer con otro hombre) y que entregó muchísimo dinero para ayudar a personas en situación de pobreza o de marginación social.
Su historia viene a ser una clásica historia de luces y sombras de una clásica persona de éxito de los USA. En última instancia, define muy bien a la sociedad ultracapitalista de este país, obsesionada con las apariencias y con el triunfo monetario y social pero que en su interior esconde cientos de frustraciones cotidianas que destrozan por dentro incluso a sus individuos más exitosos (y más en los tiempos en los que tuvo que vivir Schulz, que nació en 1922).
David Michaelis narra todo esto además de una forma muy dinámica y, lo que es más importante y esclarecedor, apoyando su trabajo y sus comentarios en las propias viñetas del autor colocadas a modo de ejemplo.
En todas las etapas de la vida de Schulz acompaña las páginas de tiras suyas. De primera mano conocemos así sus miedos, sus deseos, sus frustraciones, sus momentos más felices y también los más oscuros.
También se exploran los supuestos paralelismos entre sus personajes y los personajes reales que pasaron por su vida. Los más importantes: el mismo Charlie Brown y la gritona Lucy.
Charlie Brown se llamaba igual que un amigo de Schulz que, homosexual en años de profunda homofobia e intolerancia como los cuarenta o los cincuenta, se pasó media vida depresivo y alcoholizado.
Lucy, por otra parte, tenía muchos elementos, al parecer, de la mencionada primera mujer de Schulz, Joyce, de carácter supuestamente brutal y dominante y de la que acabó divorciándose tras muchos años de matrimonio fallido y agrio.
Él siempre dijo no obstante que los personajes de "Peanuts" eran facetas de él mismo, que representaban ideas que tenía sobre diferentes personalidades o problemas vitales. A pesar de todo, creo que los mencionados paralelismos que presenta Michaelis son más que razonables.
"Schulz, Carlitos y Snoopy" me parece una biografía excelente y un lúcido ensayo que bucea más allá de la vida de su autor de marras para retratar, una vez más, el lado oscuro del triunfo en la sociedad de los Estados Unidos. No puedo dejar de recomendarla: es verdaderamente excelente y reveladora, y va más allá de su tema básico para dibujar un contexto histórico y sociológico completo casi universal.