LOS MERCENARIOS III de Patrick Hughes - 2014 - ("The Expendables III")
"Los Mercenarios III" transita de nuevo por la línea de la delirante "Los Mercenarios II": la trama vuelve a ser simple hasta decir basta en pos del mejor de los cachondeos posibles; ver a los grandes héroes del cine de acción de los ochenta y los noventa unidos con algunos de nuestros días dando sopapos y haciendo chistes y homenajes a todos ellos y al propio género.
Como la segunda parte de la saga, la película cumple... Si se sabe a lo que se viene. Hay momentos para todo en la vida cinéfila: hay momentos para ver películas de Woody Allen o de Ingmar Bergman y hay momentos para ver cine chorra del bueno. Porque también hay buen cine chorra, desde luego.
Y sí, el argumento de "Los Mercenarios III" es como he dicho simple hasta decir basta, la historia es lineal en el peor de los sentidos, los diálogos sólo buscan explotar a lo bestia los tópicos y los lugares comunes del cine de acción y de las carreras de los protagonistas de la película y las escenas de combate son las esperables: una montaña rusa de espectacularidad pirotécnica desbocada y loca, muy loca. Y leñe, para eso se va al cine a ver "Los Mercenarios III"; para lo mismo que va a ver sus dos primeras partes.
Volvemos a tener una trama de venganza cargada de testosterona y de feromonas, de frases grandilocuentes conscientemente chorras, de amistad ante de todo y de "justicia a golpe de músculo y de tiro en limpio".
Y nos meten de carne fresca a Wesley Snipes, Harrison Ford, Antonio Banderas (en el que es el mejor de los nuevos personajes y prácticamente el mejor de toda la película con diferencia) y a Mel Gibosn de villano de la función. Y de extra tenemos a Kelsey Grammer (ese Frasier Craine de "Cheers" y "Frasier" y ese Actor Secundario Bob de "Los Simpsons"), al guaperas Kellan Lutz, a la experta en artes marciales Ronda Rousey, a Robert Davi (que fue malo de "Los Goonies" y de James Bond en "Licencia para matar"), al joven actor Glen Powell y al boxeador profesional Víctor Ortiz.
El propio poster de la película es toda una declaración de intenciones: aparecen juntos todos los protagonistas, los buenos y los malos, sonriendo, de buen rollo. Y eso es "Los Mercenarios III": una película hecha con muy buen rollo y sin pretensiones de ninguna clase.
Sí que hay que decir que se echan de menos a los personajes de las anteriores entregas que aquí faltan y que no quisieron repetir papel: Michey Rourke, Chuck Norris y sobre todo Bruce Willis, que entregó un caracter muy carismático que por desgracia no aparece ya (aunque se le mete su correspondiente pullita cachonda).
Igualmente, es criticable el hecho del poco protagonismo que tienen en "Los Mercenarios III" personajes clave de las otras entregas como Jet Li (leñe, sale diez minutos y ni siquiera se luce en las artes marciales cuando en la primera parte era absolutamente básico).
Sea como sea, se le perdonan estos fallos a una película que pone el colofón a una de las trilogías más alegres y divertidas del último cine de acción (digo trilogía porque la cuarta entrega es que directamente la sacaba del cánon: de ella hablaré mañana). Para disfrutar sin prejuicios, por supuesto.
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