lunes, 4 de abril de 2022

X-MEN. EL VERDADERO INICIO DE LA FIEBRE ACTUAL DEL CINE DE SUPERHÉROES

X-MEN de Bryan Singer - 2000 - ("X-Men")

Después del cierre de las primeras sagas cinematográficas de "Superman" y "Batman" y con la de "Blade" solamente en marcha, "X-Men" de Bryan Singer fue la película de dio el pistoletazo de salida definitivo, en el año 2000, a la avalancha de cine de superhéroes que hoy estamos todavía viviendo. 

Siendo bastante más digna en líneas generales que bodrios que llegaron tras ella como "Daredevil" y "Elektra", "Blade Trinity", "Linterna verde" o las sagas de "Los Cuatro Fantásticos", "The Punisher" o "El Motorista Fantasma", tampoco alcanza esta obra el grado de seriedad de películas de la misma década o de principios de la siguiente como la trilogía de "Batman" de Christopher Nolan (el ejemplo magno, sí) o de otras posteriores de su saga como "X-Men. Primera Generación" o "Logan".

La cinta a nivel estético es fiel a los cómics y actualiza el aspecto de los personajes embutiéndolos en trajes más oscuros, realistas y discretos. 

El reparto, por otra parte, cumple bien: todos se toman en serio a sus caracteres; mientras, las escenas de acción están bien llevadas: son dinámicas y tienen la espectacularidad suficiente sin abusar de los efectos especiales absurdos.

¿Qué le falla a "X-Men" entonces? Pues el tal vez carecer de una personalidad más marcada y, sobre todo, el hecho de que los personajes tienen la hondura justita pero no van más allá.

Singer se centra especialmente en cuatro de los caracteres de esta primera película sobre el universo mutante de Marvel: Lobezno, Pícara, el Profesor Xavier y Magneto, a los que desarrolla por encima del resto (en la segunda entrega tomará a otros para completarlos).

No está mal pensado, pero el problema que deriva de esto es que personajes clave como Cíclope, Jean Grey, Tormenta, el Hombre de Hielo o los villanos secundarios de turno (Mística, Dientes de Sable y Sapo) son meros apuntes (sobre todo los villanos, que pintan muy poco salvo en las escenas de acción y que mueren sin haber aportado absolutamente nada), y eso empobrece notablemente el resultado final.

Es verdad que los X-Men son muchos, muchísimos, pero midiendo bien un guión y dotándole de más sutileza y economía narrativa se pueden dibujar en poco tiempo muy buenos personajes (sin ir más lejos, Matthew Vaughn lo logró en la mencionada "X-Men. Primera generación").

"X-Men" no es una película mala, guarda bien su dignidad y no toma al espectador por tonto, pero desde luego también dista mucho de las mejores sagas de un cómic que en manos de buenos guionistas ha llegado a tener historias muy profundas y llegas de lecturas sobre las contradicciones del ser humano y sobre la marginalidad del diferente.

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