300 de Frank Miller y Lynn Varley - 1998 - ("300")
"300" vino, desde prácticamente sus primeros números, con una polémica debajo del brazo. Frank Miller fue acusado de retratar a los persas, los antagonistas del cómic, como unos salvajes.
En 1998 quedaban todavía muchos años para que este autor que revolucionó el cómic en los ochenta se hiciese tristemente célebre por sus declaraciones sobre el movimiento que ocupó las calles de Wall Street en 2011, cuando empezaban los años más crudos de la crisis económica de 2008-2014. Estas brutales palabras le hicieron ser acusado de fascista, y pienso que con razón.
¿Qué hay ideológicamente en "300"? No estoy seguro, la verdad. Primeramente, porque estamos, aún con todas sus licencias (que son montones) ante un cómic histórico. Se narra la mítica Batalla de las Termópilas, en la que los griegos, liderados por la polis de Esparta, resistieron heroicamente y hasta la muerte contra una fuerza persa muy superior a ellos durante la Segunda Guerra Médica.
Analizar la Antigüedad con ojos de hoy solamente nos puede llevar a debates estériles, porque la Antigüedad, con sus luces (que las tenía, desde luego, y eran muchas) era por lo general un mundo brutal y sanguinario donde las culturas se masacraban las unas a las otras.
Los griegos eran unos salvajes, y los persas, otros. En especial, los espartanos eran los más salvajes de todos los primeros por su estricto y despiadado modo de vida. Y, sin embargo, el imperio persa, que era un faro de civilización en Oriente Medio, era también un imperio conquistador y su líder, Jerses, uno de los tantos líderes asesinos que ha tenido la historia más allá de sus aciertos como gobernante para su pueblo o sus hazañas militares.
Genios de la estrategia y de la guerra como Alejandro Magno, Aníbal Barca o Julio César eran también auténticos sometedores y genocidas. ¿Cómo evaluamos a estas personas con la moral de nuestros días? Yo creo que lo hacemos estudiando sus papeles en la Historia de forma crítica y reflexionando sobre cómo han cambiado las sociedades.
En "300" los espartanos están retratados en parte como "los buenos" por ser los defensores, y los persas como "los malos" por ser los invasores. Y hay que decir algo: los "buenos" no son un dechado de alegría, aunque luchen por la libertad de Grecia.
Recupero aquí las palabras del propio Miller sobre este asunto: "Los espartanos eran un pueblo paradójico. Eran los dueños de esclavos más grandes de Grecia. Pero, al mismo tiempo, las mujeres espartanas tenían un nivel inusual de derechos. Es una paradoja que eran un montón de gente que en muchos aspectos eran fascistas, pero eran el baluarte contra la caída de la democracia. La comparación más cercana que se puede dibujar en términos de nuestro propio ejército de hoy es pensar en los espartanos con capa de color rojo como si fueran nuestras Fuerzas de Operaciones Especiales. Son estos personajes casi sobrehumanos, con una tremenda ética guerrera, que eran, sin duda, los mejores luchadores en Grecia. Yo no quería hacer Esparta en términos demasiado precisos, porque en última instancia sí quiero que apoyes a los espartanos. Yo no podía mostrarlos siendo tan crueles como ellos realmente eran. Los hice tan crueles como pensaba que un público moderno podía soportar".
Creo que queda aquí explicada su visión. Desde luego, se pueden sacar conclusiones de varios tipos y calibres y pueden surgir debates de ellas, en especial viendo la deriva ideológica que el autor tomaría años después.
Dicho esto, tengo que decir que "300" me parece un cómic espectacular con todas las letras. Su formato de página doble ilustrado por un Miller en total estado de gracia y para redondear coloreado por una Lynn Varley (imprescindible) absolutamente soberbia es una obra de arte. Sin paliativos.
Cada viñeta es una delicia. Un cuadro. Un ambiente espléndidamente recreado. Un retrato que debería estar en un museo. Y luego está la acción, la dinámica, la narrativa. Desde luego, en esto Miller se acerca a lo que tuvo que ser esta cruel batalla en este oscuro desfiladero.
"300" es un cómic corto, de cinco entregas, que se lee en una tarde. Pero es para leerlo con tranquilidad, para disfrutar de cada página, para saborear cada dibujo, uno por uno, cada soldado espartano, cada soldado persa, cada escena de lucha. Es todo una pasada.
Y con respecto a la referida representación histórica... Pues creo que, como a tantas obras de este género, hay que tomarlas teniendo en cuenta que echan mucha mano de la ficción. Y además, ésta lo pretende por partida doble: trata de crear un Mundo Antiguo más evocador y romántico de lo que posiblemente fue en la realidad. No sé hasta qué punto un espartano usaría como la usa aquí la palabra "libertad".
Pero todo esto no quita que "300" sea, como he dicho, una pasada. Un clásico que para muchos fue el principio del fin de la maestría de Frank Miller, que ciertamente a partir de aquí empezó a crear guiones de peor calidad e incluso a dibujar peor (cosa que me cuesta entender y que se ha podido comprobar en obras suyas posteriores). Mañana hablaré de "Xerxes", la continuación y a la vez precuela de este cómic, que es un ejemplo perfecto de la deriva en la que cayó.
Un análisis honesto. Con todo, y con humor, me divierte muchísimo una frase que llevo años oyendo como el enroque perfecto: "Mucha ficción." ¿Qué ficción? ¿Alguien fue a ver Esparta con una handycam y no nos lo ha contado? La ficción son nuestros prejuicios, no una realidad objetiva que nadie puede mostrar o demostrar. Y ben trovato todo.
ResponderEliminarLa ficción es lo que el autor rellena porque no conoce el hecho concreto. Hay hechos concretos que se conocen: otros no.
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