viernes, 21 de mayo de 2021

KATE & LEOPOLD. UNA COMEDIA ROMÁNTICA ARTESANAL Y ENTRETENIDA

KATE & LEOPOLD de James Mangold - 2001 - ("Kate & Leopold")

James Mangold, aunque tiene sus patinazos, también tiene películas verdaderamente destacadas ("Heavy", "Copland", "En la cuerda floja", "El tren de las 3:10", "Logan") y, normalmente, suele entregar productos por lo menos aceptables incluso en puros encargos como es esta "Kate & Leopold". 

La premisa de la película la verdad es que da miedo: una ejecutiva de nuestros días que busca el triunfo laboral y el amor se cruza con un duque del siglo XIX refinado y extremadamente romántico (y que ha viajado en el tiempo por la cara) y los dos empiezan un romance. 

Glups. Fue lo que pensé cuando quise ver esta obra (por puro completismo del autor, la verdad). Y encima, la protagonista femenina es... Meg Ryan. Sí, una de las reinas de la comedia romántica más ñoña y cursi (aunque algún papelillo interesante tenga por ahí). 

En fin, que "Kate & Leopold" no me prometía nada bueno. Pero la verdad es que me ha sorprendido: no porque sea un peliculón, que no lo es en absoluto, sino porque por lo menos capea con dignidad los tópicos y los lugares comunes de la mencionada comedia romántica (género que ha dado obras buenas pero que por norma general es reiterativo, comercial en el peor sentido, aburrido y absolutamente falto de interés).

James Mangold sabe rodar una cinta que entretiene desde el primer momento, que no se pierde en diálogos exaltados y ñoños, que no abusa de las escenas pastelosas (las justas y necesarias y llevadas con discreción), que explota bien la química entre la pareja protagonista (Meg Ryan y un Hugh Jackman que entonces estaba alzando el vuelo tras su papel como Lobezno en la primera "X-Men"), que tiene secundarios con gracia (sobre todo el excelente Liev Schreiber) y que tiene alguna escena verdaderamente graciosa (como la persecución a caballo o todas las que explotan los anacronismos de la idisincracia y la educación de Leopold). 

Todo esto hace que "Kate & Leopold" sea una película olvidable, sí (nadie lo va a negar), pero que no caiga sin embargo tampoco en la vergüenza ajena y en las sobredosis de azúcar de la gran mayoría de sus compañeras de género. Se nota cuando un buen director, o por lo menos un buen artesano, hace algo con ganas de hacerlo bien. 

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