SAW V de David Hackl - 2008 - ("Saw V")
“Saw”, ese filme independiente que fue un hasta cierto punto sorprendente, impactante y divertidísimo thriller, se ha terminado transformando en un mito del cine de terror y, también debido a ello, en otra de esas sagas interminables y alargadas hasta el éxtasis de manera completamente absurda.
“Saw V”, que supone el debut de David Hackl como director (fue el diseñador de producción de las cuatro anteriores) tras el abandono de Darren Lynn Bousmann, es otra innecesaria y chapucera vuelta de tuerca a todo lo ya visto que únicamente tiene un objetivo: saciar el morbo de un público para el que el gore ya está completamente superado y que únicamente quiere vueltas de tuercas constantes supuestamente sorprendentes dentro de un estilo de trama que se conocen de memoria.
Y es que todos sabemos que en “Saw V” va a terminar perdiendo el protagonista en el último momento y que la mayoría de los secundarios van a morir de una u otra manera irremisiblemente, mientras que el desenlace dejará una estela abierta para la futura sexta entrega de la saga.
El que el Jigsaw original haya por fin muerto no consigue reorientar una trama quemadísima ahora al mando del aparecido en “Saw IV” detective Mark Hoffman (Costas Mandylor) que, como era de esperar, se enfrenta a otra prueba dentro de las pruebas que él propone para sus víctimas.
El protagonista de turno (pura carne de cañón), el agente Strahm (Scott Paterson), también aparecido en “Saw IV”, no tiene por otra parte ningún carisma (sobre todo porque su papel consiste en ser eso: pura carne de cañón), mientras que la trama, vulgarmente enrevesada (aunque por lo menos medianamente coherente, lo que ya no eran las de “Saw III” y “Saw IV” –en esto sí gana un poco “Saw V”-), únicamente consiste en tapar huecos de las anteriores entregas.
El estilo videoclipero más zafio sigue predominando, aunque por suerte el gore delirante se ha visto notablemente reducido (increíble pero cierto) en la previsible historia que se narra (se ve a leguas que los cinco prisioneros tenían que colaborar juntos... es que no se puede ser más infantil a la hora de construir un argumento).
Por último, sigue resultando irritante la maldita pretenciosidad que el guión tiene, guión en el que Jigsaw habla de nuevo de moralidad de una manera asquerosamente beata y con razonamientos filosóficos y sociológicos de patio de recreo que, para colmo, intentan pasar por el culmen de lo visionario.
“Saw V” vuelve a ser una soberana porquería que, como no, anticipaba otra nueva secuela, que llegaría ooooooooooootra vez al año siguiente y que volvería a ser otro bodrio.
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