Escritor. Creador de la tira cómica "Coaching para esclavos". Cinéfilo, melómano y superdotado con TDAH. Hablo por aquí de películas, series, libros o cómics que me gustan. También estoy en Twitter (@torres_criado), en IG (josetorrescriado) y en Bluesky (@josetorrescriado.bsky.social).
viernes, 11 de octubre de 2019
RAMBO: LAST BLOOD. TOSCA E INNECESARIA PERO DIVERTIDA Y SIN PRETENSIONES
Creo que "John Rambo" dejó excelentemente cerrada la saga del atormentado militar de Sylvester Stallone. "Rambo: Last Blood", esta tardía quinta parte, es totalmente innecesaria y no aporta nada. Ahora bien, también hay que decir que da lo que ofrece, y sin pretensiones.
Rambo está otra vez de vuelta en su granja familiar, y ahora se va a ver metido en un lío en el México fronterizo, que por supuesto es un lugar horrible lleno de mafiosos de la peor calaña a los que tendrá que destripar.
"Rambo: Last Blood", dirigida ahora por Adrian Grunberg, que hace unos años entregó una cinta parecida a ésta, "Vacaciones en el Infierno", con Mel Gibson también dando leches, es muy mediocre. Y está lejos de aquella crepuscular y digna cuarta parte de 2008.
Stallone, cómodo en su papel de nuevo, está detrás de todo, aunque no dirija: este cierre de la saga (por ahora, porque nunca se sabe) está destinado a extraer de nuevo más jugo de nostalgia y a explotar sus tópicos de siempre pero, eso sí, con la vuelta de tuerca gore que tuvo la mencionada "John Rambo".
Tiene una trama directa y tosca, llena de lagunas, con errores por todas partes y con secundarios con un desarrollo casi inexistente.
Los villanos son mafiosos mexicanos de opereta conscientemente sobreactuados, la periodista compañera de Rambo no sirve para nada y su ahijada y su asistenta se salvan algo, pero tampoco demasiado.
La introducción de la película es más larga y completa de lo que esperaba, pero a partir de que empieza la acción, ya nada se detiene un segundo.
"Rambo: Last Blood" es golpes, disparos, explosiones, puñaladas y gore, mucho gore. Malos malísimos y buenos buenísimos y muchos muertos. Y fin.
Es un regalo a los fans de la saga, y no tiene como he dicho pretensiones, lo cual en parte la redime. También es de agredecer que, como en "John Rambo", no haya patriotismo, ni banderitas, ni discursitos.
Esta quinta aventura de Rambo es lo que es: diversión y violencia. Nada más. No da gato por liebre, pero tampoco arriesga nada de nada (la cuarta desde mi punto de vista sí lo hacía, por lo menos en parte).
Si se sabe lo que se va a ver y no se le piden peras al olmo, se puede pasar un buen rato con ella, aunque ciertamente como supuesta última lucha del héroe resulta también bastante decepcionante, incluso para sus seguidores más incondicionales.
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