GHOST IN THE SHELL II: INNOCENCE de Mamoru Oshii - 2004 - ("Ghost in the Shell II: Innocence")
Como era de esperar, un fenómeno como "Ghost in the Shell" no iba a quedarse sin secuelas y sin remakes. En los años 2002, 2004 y 2006 vieron la luz tres series animadas basadas en el manga homónimo de Masamune Shirow y en 2015 "Ghost in the Shell: The Rising", una película que solo se estrenó comercialmente en los cines de Japón engarzada con estas series.
También hubo dos re-invenciones de la película original: "Ghost in the Shell 2.0" en 2008, que era un "remontaje" de la de 1995, y "Ghost in the Shell: Arise", de 2013, que consistía en cuatro filmes construidos a modo de "remake".
La lista de productos que surgieron del filme original es enorme, y eso sin contar los manga que lo ampliaron en el mundo de las viñetas o el remake norteamericano terrible (del que hablaremos ya mañana). Sin embargo, la única segunda parte directa relacionada con la primera fue "Ghost in the Shell II: Innocence", que llegó de forma tardía a las salas, nueve años después de su antecesora.
Por suerte, Mamoru Oshii, que rechazó participar en las series a pesar de dar ideas para ellas o haberlas supervisado, volvió a la dirección. Esta segunda entrega de "Ghost in the Shell" sigue buceando en los asuntos de la primera parte, aunque se centra especialmente en uno: en todo lo referente a los sentimientos de la inteligencia artificial.
El espectador ahora se encuentra frente a los dilemas eternos de qué sería humano y que no lo sería, de si las máquinas pueden o no tener conciencia o "alma" o como se le quiera llamar y de, en el caso de tenerla, si han de ser vistas como seres vivos o no. Y de fondo un asunto bastante polémico: la prostitución, ejercida en este caso por muñecos sexuales que no son más que robots pero que pueden guardar algo más en su interior.
Recuperamos a los personajes del anterior filme con el idéntico carisma y recuperamos una acción genial y una estética maravillosa, ahora mejorada por los avances técnicos en animación (de 1995 a 2004 han pasado muchas cosas).
Sin embargo, hay que decir que a pesar de todo esto este filme, aún siendo de nuevo inteligente, lógico, coherente y lleno de interesantes dilemas morales y filosóficos y magníficos diálogos, no me parece tan redondo como su predecesor, esencialmente porque creo que deja en el tintero demasiadas cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario