HIJOS DE LOS HOMBRES de Alfonso Cuarón - 2006 - ("Children of men")
Como he dicho en otras críticas, Alfonso Cuarón es un especialista, hasta este momento, en cambiar de género de forma casi constante y en hacerlo siempre bien.
Después de haber cultivado esencialmente dramas (algunos tan enormes como "Y tu mamá también"), se pasó a la aventura fantástica y entregó la mejor de todas las partes de la saga de Harry Potter: "Harry Potter y el prisionero de Azkabán", con la que demostró sobradamente que de un filme de encargo se puede hacer perfectamente, si hay ganas, un filme indiscutiblemente personal.
Posteriormente, en 2006, volvió a sorprender con otra de sus mejores películas: "Hijos de los hombres", con la que se sumergía de lleno ahora en el territorio de la ciencia ficción.
Basándose en la novela homónima de P.D. James, el director mexicano delineaba un genial viaje apocalíptico a través de la búsqueda de la salvación de la humanidad en un mundo en el que dicha humanidad estaba a punto de extinguirse después de que, simplemente, los niños hubiesen dejado de nacer.
Clive Owen, magnífico y sufriente, entregaba uno de sus grandes y definitivos papeles secundado por un elenco igualmente fantástico en el que se encontraban grandes como Julianne Moore o Michael Caine.
Se trataban con lucidez numerosos asuntos: desde la inmigración hasta la pobreza pasando por la guerra, el terrorismo, el fanatismo ideológico y político de cualquier clase o la ecología. Todo en un envoltorio maravilloso que convirtió a esta obra en una de las mejores de ciencia ficción de su década.
"Hijos de los hombres", además de sus críticas y como he dicho lúcidas interpretaciones sociales y políticas, ofrecía unos diálogos perfectamente adecuados y medidos, unos personajes con gran hondura (y excelentemente interpretados, también lo he dicho), una ambientación apocalíptica magistralmente retratada en todo su triste esplendor y una acción que fue la que le terminó de dar su "marca propia".
Y es que Alfonso Cuarón creó para el filme unas escenas de acción, valga la redundancia, absolutamente soberbias. Todas, llenas de extras en movimiento y muchas de ellas rodadas en un único plano secuencia larguísimo y dificilísimo de rodar sin fallos, son pequeñas obras maestras de la composición, el ritmo, los efectos especiales y la dirección de multitudes que remarcan el aura épica que el filme precisa para hacer llegar su mensaje final de esperanza.
"Hijos de los hombres" es una joya de su género por todo lo mencionado y otra gran película de este creador.
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