OUIJA: EL ORIGEN DEL MAL. MIKE FLANAGAN ES CAPAZ DE LEVANTAR UNA SAGA MUY MALA

OUIJA: EL ORIGEN DEL MAL de Mike Flanagan - 2016 - ("Ouija: Origin of evil")

Dentro del como siempre digo bastante devaluado género del terror, especialmente en su vertiente más comercial, Mike Flanagan es una honrosa excepción, como lo es por ejemplo también James Wan. 

Su primera película de este tipo, "Absentia", muy bien vista en general, a mi me parece bastante fallida, aunque es loable su intento de hacer algo digno sin un duro. La segunda, "Oculus. El espejo del mal", me parece destacada. Y esta tercera me daba mala espina... Primero porque se trata de una precuela de una película que es terrible, "Ouija". Segundo, porque esa saga está hecha para promocionar un juego de mesa. Pero mis palabras me las tengo que comer, porque "Ouija: El origen del mal" está bastante potable en general. 

Flanagan se desmarca notablemente de la primera entrega y, aún con un pie en ella, hace una película que trata de ser totalmente independiente. 

Y oigan, tiene personajes bien desarrollados y que buscan escapar a los lugares comunes del género del horror, tiene un drama más o menos aceptable, tiene una ambientación retro sesentera muy bien lograda y tiene escenas de sustos dignas. 

Le fallan los tópicos de su género de los que irremisiblemente es víctima, es cierto. Y la trama general tiene como he dicho sus lugares comunes y algunas lagunas, y algunos sustos son evidentes y están manidos, y algunas escenas se las sabe uno de memoria porque las ha visto ya mil veces. 

Su parte final está también, creo, algo alargada, y cae en algunos puntos absurdos que aburren. Ah, sí, y tiene un desenlace muy feo y muy cutre y muy visto que no viene a cuento, como tantas y tantas cintas de terror. 

Sin embargo, a pesar de todo, "Ouija: El origen del mal" trata de, siendo una precuela de una película pésima de usar y tirar, alcanzar una cota mínima de dignidad, lo cual es digno de alabanza. Se puede ver, y se nota aquí, en este ejemplo, cuando quién está detrás de una obra, por muy comercial que sea, es buen artista.