EL HOMBRE SIN ROSTRO de Mel Gibson - 1993 - ("The Man Without a Face")
"El hombre sin rostro" es la primera película como director de Mel Gibson y, aunque no es precisamente la más representativa de su estilo final, el del cine histórico "ultrarealista", es, a todas luces, un excelente drama de corte clásico.
Aunque tiene un ligero tufillo patriotero en algún que otro pasaje, la trama, excelentemente llevada y con preciosos momentos intimistas, presenta una historia de amistad entre un niño (el hoy tristemente malogrado Nick Stahl, que aquí hace un papel excelente) y un adulto (un Mel Gibson en uno de sus mejores papeles, comedido y emotivo) que, ambos marginados o apartados de una forma u otra de un mundo que no les comprende, aprenden a confiar y a apoyarse el uno en el otro y a superar juntos sus traumas.
Asuntos como la mencionada amistad, las apariencias y sus engaños, la verdad y la mentira, la hipocresía social, la llegada a la madurez, las frustraciones vitales, el amor, la familia o incluso los horrores de la guerra o la homofobia aparecen retratados con una mano precisa, sin moralinas ni maniqueísmos en general (salvo alguno, como he dicho, pero está apartado) y debatidos por medio de unos diálogos excelentes.
La fotografía y los escenarios naturales en los que el filme se desarrolla son además verdaderamente hermosos y los secundarios cumplen de sobra.
"El hombre sin rostro" es un magnífico drama que dió el pistoletazo de salida de una carrera fílmica más que interesante y que no está todo lo reconocida que debería estar.
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