TRES MIL AÑOS ESPERÁNDOTE. UNA PROPUESTA MUY PERSONAL Y AMBICIOSA

TRES MIL AÑOS ESPERÁNDOTE de George Miller - 2022 - ("Three Thousand Years of Longing")

George Miller es un director curioso: es, con sus fallos e irregularidades, uno de estos extraños "todoterreno" que lo mismo le mete caña a "Mad Max" (su cuarteto fílmico estrella) que entrega dos películas animadas como las de "Happy Feet". Y ahora, para no perder la costumbre, ha vuelto a cambiar radicalmente de género en "Tres mil años esperándote".

Estamos ante un filme bastante irregular pero que es uno de los hasta ahora más personales y arriesgados de este director australiano. En su trama, basada en historias e historias dentro de historias, recicla el viejo tema de los genios que conceden deseos para elaborar una parábola sobre el amor y, en última instancia, sobre la humanidad o el sentido de la vida.

"Tres mil años esperándote" se asienta en dos grandes pilares: sus dos intérpretes, que están absolutamente inolvidables (Tilda Swinton e Idris Elba se comen las pantallas y nos devoran en sus dos papeles dolorosos, verdaderamente dolorosos) y su aspecto visual, que es, si bien algo barroco, una absoluta maravilla.

En el primer pilar, queda todo dicho. Swinton y Elba están en total estado de gracia. Y, además, tienen una química inmensa. Destilan una amplia gama de emociones que van virando sin parar y sostienen un duelo interpretativo de auténtica altura, con momentos crudos, momentos tiernos, momentos apasionados y momentos incluso puramente humorísticos. De diez.

En el segundo, Miller destapa sus esencias y nos lleva, especialmente, por un pasado idealizado que parece sacado de textos clásicos como "Las mil y una noches" y por un Mundo Antiguo o de siglos pasados tan bello como sugerente y muy marcado por una suerte de realismo mágico oriental bien llevado e imaginativo.

Le falla al filme su cuerpo central, que me parece algo flojo y que pierde el ritmo. Especialmente, en la historia central creo que ocurre, valga la redundancia: Miller se lía a contar bastantes cosas que entorpecen la trama y que no eran verdaderamente necesarias, pienso.

No obstante, también tengo que decir que se recupera en una parte final muy interesante en la que los asuntos centrales del amor, la decepción, la libertad o el paso del tiempo se unen al del destino de la humanidad tras sus lecciones históricas.

"Tres mil años esperándote" es una irregular pero ambiciosa y muy bella película sobre cómo las historias nos cambian con dos intérpretes inolvidables. George Miller puede que no sea un director perfecto, pero siempre arriesga, por lo menos en los últimos años.