PI de Darren Aronofsky - 1998 - ("Pi")
“Pi”, la obra que catapultó a la fama a Darren Aronofsky y su debut, es una película de estética ciertamente subyugante que ha sabido combinar a la perfección arte, comercialidad y personalidad y que, sin embargo, a mi se me antoja fallida debido a su trama.
Rodada en un crudo, granulado y hermoso blanco y negro y cimentada su narración en una cámara loca y, sobre todo, en la invasión inmisericorde de una brutal cascada de imágenes cada vez más frenética (que unos amarán y otros odiarán sin término medio), cuenta la historia de Max, un matemático que, buscando la clave del caos bursátil y sumergido en un mundo de drogas y de locura se topa con una empresa devoradora y despiadada, con una secta judía y con algo que podría ser el propio Dios… Y ha de huir de todos ellos y hasta de sí mismo, el más peligroso de los cuatro tal vez.
La clave de la historia está en el número Pi y en lo que hay detrás de él, clave que (y aquí viene el fallo de la cinta) no dice absolutamente nada. No soy matemático (es más, siempre he sido "de letras" y las Matemáticas eran mi asignatura más odiada), pero no hay que serlo para darse cuenta de que el desarrollo de "Pi" no lleva a ninguna parte.
Como estudio de la locura de un personaje la cinta funciona, así como denuncia de los fanatismos tanto religiosos como económicos (a ambos los ataca Arofnosky con agudeza y sin contemplaciones), pero su sustento supuestamente matemático-científico no lleva a nada: ¿qué encuentra el protagonista del filme? ¿A Dios? ¿A la susodicha explicación a la economía mundial? ¿Ambos son la misma cosa?
Y llega la pregunta final: ¿qué quiere decir el desenlace de "Pi"? ¿Desmitificación del conocimiento absoluto o advertencia contra su peligrosidad -no lo creo, pero lo barajo a pesar de todo-? ¿Imposibilidad de afrontar el encuentro con Dios o con el sentido final de la vida?
La cosa queda coja y mal explicada, y hay miles de películas con finales enigmáticos pero más sostenibles que el de "Pi", que como propuesta debutante es destacada pero que (y a pesar de que es un filme de culto) está lejos de las obras magistrales de Arofnosky (para mí, "Réquiem por un sueño" y "El luchador").
No hay comentarios:
Publicar un comentario