domingo, 24 de abril de 2022

EL HOMBRE DEL NORTE. UNA EXPERIENCIA SENSORIAL FALLIDA EN LO ARGUMENTAL

EL HOMBRE DEL NORTE de Robert Eggers - 2022 - ("The Northman")

Robert Eggers mete un giro diferente a su filmografía, hasta ahora marcada por el terror de una forma u otra, en su tercera película, esta "El hombre del Norte", en la que narra un drama de traición y venganza ambientado en el salvaje tiempo de esplendor de los vikingos.

Me ha parecido, tengo que decirlo, una película fallida a nivel argumental, aunque a nivel visual me ha resultado, por el contrario, totalmente subyugante.

"El hombre del Norte" es una experiencia sensorial, y creo que hay que verla así. No obstante, sus fallos de guión, que pienso que son acusados a veces, la enturbian mucho en gran parte.

Eggers ha cuidado la visualidad de su tercer filme de una forma exquisita. La realización, la ambientación, la fotografía, la banda sonora, los escenarios, los paisajes, el vestuario y la caracterización: todo es de auténtica matrícula de honor. 

"El hombre del Norte" es una máquina del tiempo deliciosa. Es como viajar con los vikingos desde una postura de turista invencible, que no puede ser dañado. Su mundo, sus costumbres, sus pueblos y enclaves, la naturaleza indómita y terrible en la que se mueven, sus invasiones monstruosas, sus relaciones personales. 

El Norte, un personaje más, así a lo grande, se siente en las venas, así como la tensión, la hostilidad, el horror de la existencia cotidiana en una época histórica que agradecemos durante toda la película no haber vivido.

También están excelentemente llevadas las escenas oníricas, muy presentes en el filme y marca de la casa del director. Lo emparentan con el terror y tienen un cierto toque analógico que le dan esa extraña sensación de irrealidad, de estar verdaderamente dentro de un sueño.

Por otra parte, las escenas de acción y de batalla son otro portento: tanto las que enfrentan a dos o a pocos personajes como las que son multitudinarias. Se huele la sangre y se siente el hierro. De sobresaliente también.

Y, por otra parte más, están los intérpretes: todos y todas absolutamente geniales, en papeles fascinantes, desde los principales hasta los secundarios (incluso los que tienen una presencia que es casi anecdótica). En especial, el dúo compuesto por Alexander Skarsgard y Anya Taylor-Joy está inolvidable.

Y ahora, vamos a los problemas de "El hombre del Norte", que están todos en lo estrictamente argumental.

Primeramente, la película pienso que dura demasiado. Se alarga, y se alarga mal. Se puede contar lo mismo que se ha contando con veinte minutos menos y el resultado sería idéntico y, posiblemente, mejor. En la búsqueda de lo épico, Eggers estira y estira y estira el chicle, y las idas y venidas de los personajes llegan a ser hasta desconcertantes.

Esto ocurre también porque se fuerza la trama: se buscan hechos y resoluciones que le vengan bien a lo que el director quiere contar expresamente, y aparecen lagunas importantes que deslucen el conjunto.

Llega un momento en el que tanto protagonistas como antagonistas hacen cosas bastante inexplicables o incurren en errores que se podrían haber evitado desde el segundo uno. Se nota el calzador, la maquinaria forzada, y es una pena. Se arriesga mucho pero abriendo los melones con una palanca.

"El hombre del Norte" me parece, como he dicho, una experiencia sensorial auténtica y redonda. Y es personalísima, además. Pero su guión es demasiado largo para lo que cuenta y hace aguas en bastantes partes. Irregular y fallida para mí como conjunto.

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