FULLMETAL ALCHEMIST de Hiromu Arakawa - De 2001 a 2010 - ("Hagane no Renkinjutsushi")
No es fácil, pienso, combinar las constantes de un manga de estilo "shonen" (la aventura, la batalla épica, la acción, el humor, el compañerismo) con un mensaje plenamente adulto preñado de filosofía y hasta de política y comentario social.
No hablo desde el prejuicio: es perfectamente posible alcanzar esa combinación, pero no todas las personas que se dedican a este tipo de manga lo logran, ni mucho menos. Hiromu Arakawa sí lo consigue en "Fullmetal Alchemist".
Publicada entre 2001 y 2010 con un gran éxito que trajo dos series de televisión (de ellas hablaré en otro momento, porque son bastante diferentes y tienen una historia complicada) y diverso material complementario (como novelas y videojuegos), "Fullmetal Alchemist" es un espléndido cómic de aventuras y, también, una excelente y certera parábola filosófica y política.
Hiromu Arakawa nos ambienta su historia en un mundo de corte "steampunk" y de cultura europea emparentada con la Revolución Industrial en donde algunos seres humanos son capaces de manejar la alquimia y transformar los elementos o alternar la realidad (con unas reglas específicas). En este mundo se desarrolla una intriga política y una lucha por el poder en un contexto de posguerra.
Los protagonistas principales son los hermanos Edward y Alphonse Elric, aunque podemos afirmar que estamos ante una obra prácticamente coral: la cantidad de personajes es verdaderamente enorme y la importancia que tienen casi todos ellos es, si no básica, muy destacada.
La trama combina la lucha, la acción, el viaje y a la aventura, el drama y el humor con un balance ideal entre todos estos elementos. Es divertida, es frenética en ocasiones y, a la vez, elabora, como he dicho, una parábola certera e interesantísima.
En primer lugar, "Fullmetal Alchemist" nos habla de la guerra desde un punto de vista antibelicista y antimilitarista. La crítica al estamento del ejército está servida en un lugar donde los altos mandos corruptos conspiran sin cesar por el poder y por salirse con la suya y aplicar su propia idea de cómo deben ser las cosas.
La guerra es un monstruo moral que lo engulle todo y que es la culpable de los principales problemas de gran parte de los personajes: ya sean ganadores o perdedores, ya hayan participado o no en ella.
Alrededor de esta guerra giran otros temas como el racismo, el imperialismo, la superioridad en la que se creen unos pueblos sobre otros, los genocidios y los exterminios de culturas, el exilio, la corrupción, el terrorismo o el terrorismo ejercido por el propio estado.
Es bastante fácil encontrar similitudes entre situaciones geopolíticas de nuestros días y las situaciones que plantea "Fullmetal Alchemist". No sé si es algo consciente, pero me da que sí: hay lecturas que pienso que se parecen, y no por ninguna casualidad, a casos como el de Israel y Palestina o como el de Afganistán o Irak y los Estados Unidos (no olvidemos que el manga se publicó entre 2001 y 2010).
Alrededor de estos asuntos pivotan ya los filosóficos y los universales. El amor, la amistad, la justicia, la integridad, la redención, la ambición, la lealtad, el odio, el altruismo, la muerte, el trauma, la humanidad y la deshumanización, el sentido de la existencia, el querer jugar a controlar las fuerzas que no se pueden comprender o a usarlas con propósitos egoístas u oscuros.
Los siete pecados capitales de la moral cristiana tienen un papel básico en la trama, así como las diferencias entre oriente y occidente (aquí con una forma de practicar la alquimia que difiere bastante) o los principios que giran alrededor del "intercambio equivalente", la piedra angular del funcionamiento de la mencionada alquimia.
"Fullmetal Alchemist" es un manga además con un dibujo que me parece fantástico: es de una línea clara y limpia pero llena de detalle y muy personal y carismática.
Otro punto fuerte son sus personajes: son carismáticos, valga la redundancia, y tienen dilemas en los que podemos sentirnos bien reconocidos.
Sólo veo, eso sí, un defecto en este aspecto: Hiromu Arakawa se lía a meter secundarios a lo bestia (son decenas y decenas, y en todos los bandos) y a muchísimos los desarrolla muy poco o directamente no los desarrolla y los deja como meras comparsas para "hacer bulto". Es prácticamente el único defecto que encuentro al manga.
Finalmente, la obra está llena de acción y de dinamismo, y aunque es cierto que en sus inicios puede ser algo confusa por la mencionada cantidad de caracteres que presenta (y por un puñado de subtramas que en un principio parecen sueltas pero que se van uniendo poco a poco), engancha con prontitud y llega hasta un final épico y donde todo queda cerrado.
"Fullmetal Alchemist" es un "shonen" que va de menos a más y que, como he dicho, combina a la perfección asuntos serios y profundos con un sentido del espectáculo comercial perfectamente llevado. Uno de los cómics que más he disfrutado en los últimos tiempos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario