MULÁN. EL SALTO DEFINITIVO DE LOS ESTUDIOS DE DISNEY AL FEMINISMO

MULÁN de Barry Cook y Tony Brancroft - 1998 - ("Mulan")

Basada muy libremente en el poema épico clásico chino "La Balada de Mulán", del que no se sabe si está basado a su vez en hechos históricos reales o no, "Mulán" supone desde mi punto de vista el salto de gigante definitivo de los estudios de Walt Disney hacia un cine definitivamente nada machista e igualitario. 

Aunque no son las mismas las películas de dicho estudio de los años cuarenta y cincuenta que las de los setenta u ochenta, aunque hay un abismo entre Blancanieves o La Cenicienta y Bella (de "La Bella y la Bestia") o Jasmine (de "Aladdín"), "Mulán" es la primera gran y total mujer independiente, libre y que pide la igualdad frente a los hombres de la compañía. 

Estamos ya a las puertas del año 2000 y esta joven china se disfraza de soldado (las mujeres no podían serlo en la cultura de la época, como en tantas de entonces) para luchar por su pueblo contra los invasores hunos y para escapar de una sociedad patriarcal que no la valora y que sólo la quiere para que se case y tenga hijos. 

Por si fuera poco, es capaz de darle la vuelta a los prejuicios de género que la oprimen y cambiar la mentalidad de sus amigos (excelente la escena final con todos ellos vestidos como mujeres de la época). Y además es capaz de conquistar al general sobrio y estricto, de buen corazón pero algo machista, como corresponde a la sociedad en la que vive, estando disfrazada de hombre (saquen las lecturas que ustedes quieran de esto). 

El héroe de esta película de Disney es totalmente femenino, es una heroína, y es fuerte, decidida, independiente, y es además una gran guerrera inteligente y una enorme estratega. 

Sí, la película es de 1998, pero teniendo en cuenta de dónde viene este estudio de animación, teniendo en cuenta sus apuestas constantes por el Sueño Americano (y el Sueño Americano deja a la mujer habitualmente relegada a ser ama de casa o a ser una comparsa del marido), el paso es a todas luces un paso de gigante.

El resto del filme es, por supuesto, como siempre: como siempre de genial. La animación a la que nos tiene acostumbrados Disney está aquí otra vez en su máximo esplendor, y la estética oriental es una delicia, con sus homenajes a las pinturas clásicas chinas o al teatro de sombras. 

Las escenas de acción son fantásticas, cargadas de realismo y de dinamismo, y con una prodigiosa animación de montones de figuras independientes en el mismo plano (a finales de los noventa no era tan fácil como ahora hacer esto). 

Momentos como la batalla contra los hunos en la nieve o el asalto final al palacio del emperador quedan en la retina, así como la inolvidable escena en la que Mulán se corta el pelo y toma el equipo de guerrero de su padre. 

El filme es además bastante adulto, y presenta a unos hunos brutales, crueles, que matan a todo el que encuentran en su camino y que además tienen un gran carisma. Combina también, por supuesto, el drama con el romanticismo y con los esperables toques cómicos. "Mulán" es una de las grandes películas de Disney sin discusión.