Gareth Edwards, hoy famoso por sus trabajos en la nueva saga de "Godzilla" y en la de "Star Wars" ("Rogue One"), debutó en 2010 en la ficción con "Monsters", una película que es verdaderamente encomiable por haber salido adelante con dignidad partiendo de unos medios bastante limitados.
De corte casi minimalista, desarrolla una trama de enamoramiento (los dos protagonistas, Withney Able y Scoot McNairy, son pareja en la vida real, de ahí su gran química) en un mundo en descomposición en el que los alienígenas de turno se enfrentan a las fuerzas militares humanas de turno en un conflicto genocida que sirve para mirar una vez más con ojo agudo la estupidez humana, que queda retratada en clásicos asuntos como la pobreza y la exclusión social, la corrupción, el militarismo o el periodismo sin escrúpulos.
Los protagonistas de "Monsters", más que los monstruos con forma de pulpo que le dan su nombre, son la soledad, las emociones que no terminan de desplegarse, el silencio (tanto para los momentos emotivos como para los terroríficos -muy bien explotados-) y la deshumanización, muy bien retratada en sus escenarios (escogidos entre Texas, México, Guatemala y Belice) y en los seres que los pueblan (prácticamente todos actores no profesionales nativos).
Como he mencionado antes el terror (o por lo menos la sensación de extrañeza) está muy bien conseguido, ya que las apariciones de los monstruos están ocultas casi hasta el final del filme por un velo (la ambientación, acompañada de una banda sonora inquietante, es genial).
Queda en el tintero un desenlace tan abierto que resulta demasiado ambiguo: ¿Qué quiere decir Edwards en su primera película?
Se intuye que los alienígenas no son más que una raza como otra cualquiera que sólo aspira a vivir en paz y que sólo se defiende porque los humanos les atacan (al igual que los humanos que nada tienen que ver con el ejército o con los oscuros propósitos de los gobernantes de las naciones, a los que tal vez les interesa la guerra contra los extraterrestres).
Sin embargo, esto queda apenas esbozado y el propósito del filme se diluye y queda el conjunto algo confuso.
A pesar de ello, "Monsters" es, como he señalado, una propuesta muy digna que gustará a los amantes de la ciencia ficción y el terror inteligentes.
De corte casi minimalista, desarrolla una trama de enamoramiento (los dos protagonistas, Withney Able y Scoot McNairy, son pareja en la vida real, de ahí su gran química) en un mundo en descomposición en el que los alienígenas de turno se enfrentan a las fuerzas militares humanas de turno en un conflicto genocida que sirve para mirar una vez más con ojo agudo la estupidez humana, que queda retratada en clásicos asuntos como la pobreza y la exclusión social, la corrupción, el militarismo o el periodismo sin escrúpulos.
Los protagonistas de "Monsters", más que los monstruos con forma de pulpo que le dan su nombre, son la soledad, las emociones que no terminan de desplegarse, el silencio (tanto para los momentos emotivos como para los terroríficos -muy bien explotados-) y la deshumanización, muy bien retratada en sus escenarios (escogidos entre Texas, México, Guatemala y Belice) y en los seres que los pueblan (prácticamente todos actores no profesionales nativos).
Como he mencionado antes el terror (o por lo menos la sensación de extrañeza) está muy bien conseguido, ya que las apariciones de los monstruos están ocultas casi hasta el final del filme por un velo (la ambientación, acompañada de una banda sonora inquietante, es genial).
Queda en el tintero un desenlace tan abierto que resulta demasiado ambiguo: ¿Qué quiere decir Edwards en su primera película?
Se intuye que los alienígenas no son más que una raza como otra cualquiera que sólo aspira a vivir en paz y que sólo se defiende porque los humanos les atacan (al igual que los humanos que nada tienen que ver con el ejército o con los oscuros propósitos de los gobernantes de las naciones, a los que tal vez les interesa la guerra contra los extraterrestres).
Sin embargo, esto queda apenas esbozado y el propósito del filme se diluye y queda el conjunto algo confuso.
A pesar de ello, "Monsters" es, como he señalado, una propuesta muy digna que gustará a los amantes de la ciencia ficción y el terror inteligentes.
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