Con "Iron Man III", llegada tras la genial "Los Vengadores", el Universo Cinematográfico de Marvel tiene su primer, por lo menos según mi opinión, patinazo serio.
La tercera aventura en solitario de Tony Stark no sólo cuenta con un guión bastante mediocre sin demasiados alicientes (y los pocos que tiene son de infarto en el peor de los sentidos), sino que además se pasa por el forro la esencia de uno de los personajes principales de los cómics (y de esto hablaré más tarde en el SPOILER -que nadie que no haya visto el filme lo lea porque lo destripo abajo-).
"Iron Man II" era una cinta simplemente solvente y la fórmula de hacer una aventurita sin demasiado empaque dentro del universo del personaje, como aquella era (su principal y gran error) no iba a funcionar ya por segunda vez.
Stark y sus habituales acompañantes hacen su papel de siempre, pero ninguno avanza tampoco nada en esta ocasión y la trama del filme es insustancial, con diálogos sosos, con chistes ya muy predecibles, con relaciones entre los personajes basadas en la repetición y con escenas de acción nada espectaculares y poco interesantes (es lógico también que tras el espectáculo de la mencionada "Los Vengadores" los combates de "Iron Man III" sepan a poco).
Las nuevas adquisiciones del reparto, Ben Kingsley y Guy Pearce, no son atractivas por otra parte. No por sus actuaciones, porque ambos son geniales intérpretes y lo han demostrado sobradas veces, pero los personajes a los que encarnan no son, como he dicho, atractivos, y teniendo en cuenta que son los villanos de la función, la cosa va muy mal si esto falla.
También el personaje de War Machine está poco aprovechado ahora (leches, es el compañero de Iron Man y su relevancia es bastante leve) y el del niño de marras de la función resulta algo pastelosillo (es difícil introducir un personaje infantil y que no chirríe; o lo haces bien, o no lo haces).
Y, finalmente, está ese horror que traiciona (por lo menos por ahora y a falta de una "Iron Man IV") la esencia de los cómics en los que el filme se basa y que abajo explico.
ATENCIÓN: SPOILER. No pude dejar de sorprenderme al ver cómo, y no sé a cuento de qué, habían decidido los productores o el director o los guionistas o quién fuese, transformar al mítico Mandarín, uno de los enemigos más mortíferos e importantes de Iron Man... En un actor acabado de medio pelo adicto a las drogas.
¿Hacemos una película de Batman y nos sacamos de la manga que el Joker es un actor? ¿Hacemos una de Superman y decimos que Lex Luthor es un aficionado al teatro? ¿Hacemos una de los X-Men y ponemos a Magneto travestido y metiéndose de todo? Vamos, por favor...
La idea me parece lo más horrendo imaginable, y me da igual eso que dicen de que en realidad el Mandarín es el personaje de Guy Pearce. No, no me lo trago y no me da la gana de tragármelo.
"Iron Man III" podría haber sido mejor, muchísimo mejor, que esta patraña sin gracia y que desfigura a los cómics en los que se basa con argumentos muy cutres.
La tercera aventura en solitario de Tony Stark no sólo cuenta con un guión bastante mediocre sin demasiados alicientes (y los pocos que tiene son de infarto en el peor de los sentidos), sino que además se pasa por el forro la esencia de uno de los personajes principales de los cómics (y de esto hablaré más tarde en el SPOILER -que nadie que no haya visto el filme lo lea porque lo destripo abajo-).
"Iron Man II" era una cinta simplemente solvente y la fórmula de hacer una aventurita sin demasiado empaque dentro del universo del personaje, como aquella era (su principal y gran error) no iba a funcionar ya por segunda vez.
Stark y sus habituales acompañantes hacen su papel de siempre, pero ninguno avanza tampoco nada en esta ocasión y la trama del filme es insustancial, con diálogos sosos, con chistes ya muy predecibles, con relaciones entre los personajes basadas en la repetición y con escenas de acción nada espectaculares y poco interesantes (es lógico también que tras el espectáculo de la mencionada "Los Vengadores" los combates de "Iron Man III" sepan a poco).
Las nuevas adquisiciones del reparto, Ben Kingsley y Guy Pearce, no son atractivas por otra parte. No por sus actuaciones, porque ambos son geniales intérpretes y lo han demostrado sobradas veces, pero los personajes a los que encarnan no son, como he dicho, atractivos, y teniendo en cuenta que son los villanos de la función, la cosa va muy mal si esto falla.
También el personaje de War Machine está poco aprovechado ahora (leches, es el compañero de Iron Man y su relevancia es bastante leve) y el del niño de marras de la función resulta algo pastelosillo (es difícil introducir un personaje infantil y que no chirríe; o lo haces bien, o no lo haces).
Y, finalmente, está ese horror que traiciona (por lo menos por ahora y a falta de una "Iron Man IV") la esencia de los cómics en los que el filme se basa y que abajo explico.
ATENCIÓN: SPOILER. No pude dejar de sorprenderme al ver cómo, y no sé a cuento de qué, habían decidido los productores o el director o los guionistas o quién fuese, transformar al mítico Mandarín, uno de los enemigos más mortíferos e importantes de Iron Man... En un actor acabado de medio pelo adicto a las drogas.
¿Hacemos una película de Batman y nos sacamos de la manga que el Joker es un actor? ¿Hacemos una de Superman y decimos que Lex Luthor es un aficionado al teatro? ¿Hacemos una de los X-Men y ponemos a Magneto travestido y metiéndose de todo? Vamos, por favor...
La idea me parece lo más horrendo imaginable, y me da igual eso que dicen de que en realidad el Mandarín es el personaje de Guy Pearce. No, no me lo trago y no me da la gana de tragármelo.
"Iron Man III" podría haber sido mejor, muchísimo mejor, que esta patraña sin gracia y que desfigura a los cómics en los que se basa con argumentos muy cutres.
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