martes, 9 de julio de 2019

CUENTOS DE LA CARA OSCURA. LA DINÁMICA DEMENCIAL DE UNA CRISIS ECONÓMICA


He tenido la suerte de ser compañero de trabajo del escritor y periodista José Antonio Sau, redactor de la sección de Tribunales de "La Opinión de Málaga" y maestro de la crónica judicial.

Incansable cronista, valga la redundancia, de la realidad que le rodea, en sus escritos, de diversos géneros, se palpa la pasión férrea por retratar el mundo con la agudeza de bisturí que sólo alguien formado en los mencionados tribunales acaba desarrollando con la experiencia.


Ha trabajado la novela negra, la novela social, el relato de amor. Su última obra es "Lola Oporto", un thriller protagonizado por una mujer. Una de las primeras fue la que hoy comento: "Cuentos de la cara oscura".

Creo que es importante, ahora que parece que por fin ha pasado lo peor de la maldita crisis económica que nos hemos comido con patatas en la última década, revistar los relatos de libros como éste.


Todos tienen que ver con la susodicha crisis, y todos están protagonizados por personas normales y corrientes que podríamos ser nosotros mismos y que de un día para otro se ven presas de un sistema injusto que les hace pagar los platos rotos de una fiesta que no han organizado.

En un estilo con toques de reportaje, directo, José Antonio Sau traza estampas cotidianas ambientadas en los peores años años de aquella barbarie económica (esencialmente creo que la curva más cerrada fue la que comprende desde 2011 a 2014) y en la ciudad de Málaga. Cumplen todos perfectamente esa máxima de retratar lo local para alcanzar desde ahí lo universal.


Hay historias más positivas y otras más negativas en esta colección, pero todas parten de un gran abismo exterior (el maldito dinero y su falta) para precipitar al lector en uno interior (el hundimiento moral de las personas que sufren demasiado tiempo).

Tenemos en las páginas de "Cuentos de la Cara Oscura" a cajeras de supermercado envueltas en dinámicas demenciales, a personas casi en la indigencia, a familias desahuciadas, a jóvenes que van a sus primeras manifestaciones y asisten un poco confusos a lo que ocurre a su alrededor, a trabajadores de puestos callejeros que rezan para que no llueva en Semana Santa, a cuidadores de personas dependientes, a inmigrantes al borde de la desesperación que no tienen su lugar en el "Sueño Europeo".


El autor, sin embargo, también retrata otros estratos que van más allá de los de las personas que se ven sumidas en la pobreza o que ya lo estaban antes de la crisis. Hay espacio igualmente para políticos que se enriquecieron robando y que, de repente, son pillados con las manos en la masa y ven su vida destrozada.

O, también, para empleados de banca que caen en el sistema mortal de la venta de productos basura a uno de los sectores más desvalidos de la sociedad: los ancianos. Ocurre en "Todo es amargo", uno de los mejores cuentos de la recopilación.

Recomiendo enteramente este libro porque, además de estar espléndidamente escrito, es testimonio de una época que no queremos volver a repetir y cuyas consecuencias todavía estamos arrastrando. La cara oscura del sistema: nuestra cara oscura


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