El australiano Shaun Tan es uno de los más grandes maestros del mundo del llamado álbum ilustrado. Con un estilo que él mismo describe como "sacado de la imaginación de un niño", ha creado numerosas obras en las que suele primar la metáfora visual, muchas veces de corte surrealista, y en las que ha tratado desde asuntos intimistas hasta históricos o sociales.
"El árbol rojo", de 2001, es uno de sus primeros trabajos como ilustrador y a la vez como escritor, y es una absoluta obra maestra que, en unas pocas páginas, es capaz de evocar una gigantesca cantidad de sentimientos que se abren también a una gigantesca cantidad de interpretaciones.
El propio autor explica que la idea de este álbum es contar "una historia sin historia". Una niña se levanta en su cuarto, y hace un recorrido, y vuelve a la habitación. Se enfrenta a un día, o a una sucesión de momentos o de pensamientos, o de ambos, sin esperanza. Todo es triste, abrumador, sin sentido. Y, sin embargo, hay, a pesar de todo, algo que merece la pena al final del camino.
Shaun Tan añade también que la narración de "El árbol rojo" no es secuencial: se puede leer en cualquier orden, se puede abrir en cualquier página y hasta se puede leer empezando por la última. Se busca que el lector experimente, como ha hecho el propio autor, que se sumerja en las preciosas láminas y en los hermosos textos y viaje por ellos, por lo que le sugieran.
Sin embargo, sí que creo que, a pesar de este carácter como he señalado experimental, "El árbol rojo" habla claramente de la depresión, de la soledad, de la tristeza y de la esperanza. La niña somos todos nosotros en esos días insoportablemente oscuros, en esas malas épocas, en esos tiempos que todos hemos pasado en los que absolutamente todo es de color negro.
Y el mensaje es claramente positivo. La última página ya de por sí es una obra maestra: dentro del contexto, pone los pelos de punta, nos invita a creer en las alegrías y en las pequeñas bellezas que existen en cualquier lugar y que se hacen grandes cuando menos lo esperamos.
El dibujo es hermoso, la inspiración surrealista, delicada y con cierto toque siniestro en algunos pasajes, pero siempre tremendamente evocadora. Los colores son oscuros, pero vivos y encendidos, y predominan muchos cálidos, rojos, naranjas.
"El árbol rojo" es una pequeña obra maestra del álbum ilustrado, el cual incluyo tanto en las etiquetas de "libros" como de "cómics" por tener, a su pesar de su independencia como arte y formato, cierto carácter híbrido. Extremadamente recomendable.
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