domingo, 25 de mayo de 2025

BETTER CALL SAUL. OTRA OBRA MAESTRA PARA EL UNIVERSO DE BREAKING BAD

BETTER CALL SAUL de Vince Gilligan - De 2015 a 2022 - ("Better Call Saul")

Confieso que de "Better Call Saul" al principio no me fiaba mucho. ¿Una precuela y spin-off de "Breaking Bad", una serie de culto instantánea, centrada un personaje secundario como era Saul Goodman? La verdad, no lo veía, y la primera temporada de hecho me pareció floja. No obstante, a partir de la segunda Vince Gilligan me cerró la boca. Porque esta serie es igual de espectacular que su serie madre por lo menos.

Estamos ante una precuela y a la vez secuela y spin-off que va saltando por lo que ocurre con el mencionado Saul Goodman después de los hechos de "Breaking Bad" y antes de éstos, cuando es un abogado que intenta hacerse un hueco en su competitivo oficio.

"Better Call Saul" está eminentemente conectada con su exitosa serie madre pero sabe lograr algo que pocas series logran: desmarcarse por completo de ella sin dejar de sacar un pie de su influencia y constituyéndose como una nueva obra maestra. Difícil, desde luego. Casi imposible a priori. 

La serie se mueve en dos ámbitos que van solapándose: el primero es el del submundo de la droga en la frontera entre los USA y México que ya conocemos de "Breaking Bad". El segundo, y el más interesante y novedoso, el del mundo de la abogacía norteamericana, un mundo horrible de puñaladas, competición incesante y tejemanejes repulsivos.

Este segundo ámbito es el más interesante como he dicho porque en él Gilligan se separa de lo que ya ha mostrado para retratar lo peor de la voracidad capitalista de su país. Aquí supera incluso a "Breaking Bad" en su capacidad crítica porque estamos fuera del mencionado submundo de la droga y de los cárteles: aunque ambos pueden tener relaciones en ciertas esferas más corruptas, nos vemos ahora ante el retrato de un ambiente totalmente cotidiano, en el que podríamos trabajar tú o yo o cualquiera.

"Better Call Saul" nos habla en este estrato del día a día en cualquier empresa de corte administrativo y/o comercial. Nos habla de grandes estructuras opacas y crueles, de gente adicta al trabajo, de compañeros asquerosos, de traiciones ocultas, de relaciones pérfidas, de envidias, de "mobbing", de familias rotas por todo esto. En definitiva, de lo peor del mundo laboral (y el estadounidense en concreto es a su vez uno de los peores, valga la redundancia, con su obsesión por el triunfo y el culto enfermizo al trabajo sin descanso).

El protagonista que da nombre a la serie se convierte en un símbolo del pillaje de este mundo, aunque él ama dicho pillaje hasta el grado de ir más allá de ser un simple producto del sistema inmundo en el que vive. Saul Goodman obtiene aquí una profundad que no le habríamos imaginado nunca en "Breaking Bad".

Los personajes que se mueven a su alrededor son sus contrapartidas: su hermano, un ser estremecedor en muchas ocasiones, representa la integración perfecta pero descarnada en el sistema y Kim, su compañera e interés amoroso, la justicia verdadera de la que supuestamente debería hacer gala toda persona dedicada a la abogacía.

Este lado de "Better Call Saul" es como he dicho el más interesante y el que alcanza cotas de desarrollo y hondura más espectaculares. Pero el conjunto de la serie es perfecto: la integración con la primera es redonda, así como con personajes de aquella que vuelven como Michael, Gus y la familia Salamanca (aunque creo que se podrían haber explicado más cosas de algunos de ellos, eso sí), mientras que los nuevos son puro carisma (a los mencionados les añado el inolvidable Lalo Salamanca, que da verdadero miedo).

Las interpretaciones siguen siendo espectaculares: Bob Odenkirk se luce como un personaje que llega a cotas de desarrollo como he dicho impensables en un principio, Rhea Seehorn nos mete en el bolsillo como la abogada que todos querríamos ser, Michael McKean es también puro estremecimiento, Patrick Fabian es el perfecto capullo que al final esconde cosas inesperadas, Michael Mando es la representación del joven sin futuro perdido en el cártel y Tony Dalton como el mentado Lalo Salamanca es que directamente crea puñetero terror en tu alma. Todo el reparto está en estado de gracia pura.

Finalmente, tenemos lo de siempre, y hasta mejor, más afinado: una historia de personajes, de corrupción, de caída a los infiernos, que aquí machaca todavía más al Sueño Americano y que está rodada con una delicadeza perfecta, llena de momentos tanto de drama y de nervio como contemplativos, cargados de significados que se reflejan en las acciones más nimias. Y los diálogos, por cierto, son de matrícula de honor en inteligencia y lucidez.

La primera temporada de "Better Call Saul" me parece floja: lo he comentado antes. No obstante, las otras cinco van creciendo de forma frenética en calidad hasta configurar una serie que en algunos momentos supera incluso a su predecesora "Breaking Bad". No se pueden perder bajo ningún concepto esta otra obra maestra.

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