EL PROYECTO DE LA BRUJA DE BLAIR de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez - 1999 - ("The Blair Witch Proyect")
¿Revolucionaria o fallida? ¿Sencilla o pretenciosa? ¿Obra maestra o bodrio? ¿Sobrevalorada o infravalorada? Pocas películas suscitan tantas opiniones enfrentadas (especialmente entre los amantes del cine de terror) como “El proyecto de la Bruja de Blair”.
Dirigida por dos debutantes, Daniel Myrick y Eduardo Sánchez (por cierto, ninguno de los dos ha vuelto a destacar demasiado en el cine), fue una obra que, rodada con cuatro duros, arrasó en las taquillas y se convirtió en la película independiente más exitosa de su tiempo y en un clásico de culto de manera fulminante.
Hay dos elementos que hicieron esto posible: el concepto de película que planteaba (que fallido o no todavía era terriblemente atractivo en su momento) y la entonces novedosa publicidad que se le dio, que guardaba grandes similitudes con la de filmes igualmente polémicos por razones similares como “Holocausto Canibal”.
El concepto era el siguiente: rodada con sólo dos cámaras, el filme era un falso documental sobre tres jóvenes que se perdían en un bosque y se esfumaban misteriosamente.
La publicidad complementaba a este concepto: se vendió la obra como la cinta original que estos tres jóvenes grabaron antes de desaparecer, supuestamente, por culpa de la maligna Bruja de Blair, sobre cuya leyenda querían grabar el documental que es la película en sí.
“El proyecto de la Bruja de Blair” se hizo famosa a través de Internet, y sus responsables crearon toda una mitología en torno a ella. La campaña estuvo meses corriendo por la red y el boca a boca llevó a miles de espectadores a las salas sedientos de nuevas experiencias. Después, llegaron las alabanzas y los ataques implacables.
“El proyecto de la Bruja de Blair” en mi opinión no llega a ser una película fallida, pero tampoco la obra magistral que muchos aseguran que es.
El concepto ciertamente funciona, y aunque no es estrictamente nuevo, sí que lo era en el Internet primigenio de finales de los años noventa, más proclive a la creación de ingenuas leyendas urbanas que el contexto de películas como la mencionada "Holocausto Caníbal".
En un formato documental, nos invita el filme a internarnos en el infierno de las últimas horas de sus protagonistas. Lo único que vamos a ver fue lo que su cámara registró. Y "registró" muy poco, pero suficiente.
La obra explota el terror creado por medio de la sugerencia, por medio de aquello que no se ve pero se intuye, y consigue momentos realmente aterradores y angustiosos.
Por desgracia, tiene también otros realmente tediosos y vacíos, en los que no se cuenta absolutamente nada y en los que se alarga innecesariamente la agonía de los tres jóvenes perdidos induciendo al puro sopor.
Igualmente creo que el terror del filme, a pesar de ser como he dicho muy sugerente, no está exprimido todo lo que debería estarlo: hay pocas escenas de este tipo y están muy alejadas, separadas por todos los puntos muertos tediosos antes mencionados, que son muy abundantes.
“El proyecto de la Bruja de Blair” es, creo, una película del todo irregular, aunque ha aportado bastantes novedades al cine de terror, por lo menos a la hora de la experimentación técnica y narrativa y en el campo de la fusión de géneros (sus influencias se han visto en creaciones posteriores de todo tipo, que la han imitado ya de forma cansina en muchas ocasiones).
Como era de esperar, la película generó muchísimo merchandising y dos horrendas secuelas a cada cual peor. ¿Qué opináis sobre "El Proyecto de la Bruja de Blair"? La polémica creo que está y siempre estará servida.
Yo creo que está muy lograda, e incluso esos "puntos muertos" que dices refuerzan su carácter documental y hacen mejor la película. Quizá fue por casualidad, pero la cosa les quedó muy bien.
ResponderEliminarSaludos, José.