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sábado, 10 de agosto de 2019
BORDADOS. ¿DE QUÉ HABLAN LAS MUJERES IRANÍES?
"Bordados", de Marjane Satrapi, es una obra más corta (apenas setenta y tres páginas) que "Persépolis" pero igual de básica para entender la situación de la mujer en el Irán de nuestros días.
Es preciso señalar que al parecer tanto en francés como en persa, el idioma oficial del país natal de la autora, con "bordados" se puede hacer referencia, además de al adorno cosido en relieve, a los "cotilleos" y, también, a la reconstrucción quirúrgica del himen.
El doble y triple sentido de este cómic está claro. Satrapi, nacionalizada francesa, toma de nuevo sus recuerdos y experiencias bajo la dictadura iraní para hablar de las mujeres de su país, sometidas al hombre y a la religión en todos los aspectos.
"Bordados" narra, con dibujos a toda página, sin viñetas delineadas, una sobremesa en Teherán en la que diferentes mujeres, de varias generaciones, hablan en libertad, sin el velo, con el pelo suelto, y beben y fuman y se sinceran y critican aquello que no pueden criticar a pie de calle.
Es curioso que incluso en familias progresistas como la de Satrapi, cuyos padres la enviaron a Europa tras la instauración de la República Islámica, los hombres, después de comer, se echan a dormir la siesta mientras las mujeres recogen la mesa (algo que es además bien visto y promovido por algunas de ellas mismas).
La propia Satrapi, la encargada de preparar el samovar con el té, las observa hablar en esta sobremesa y expone en este cómic sus problemas, sus frustraciones, sus esperanzas.
Existe en "Bordados" una comparación constante entre la situación de la mujer en Irán y la situación de la mujer en Occidente. Muchas iraníes sueñan con dejar su país e instalarse en Europa, en donde serían libres para hacer lo que quisiesen, para casarse con quien quisiesen, para estudiar lo que deseasen, para simplemente tener sexo libre.
La sociedad de Irán queda retratada como una sociedad que vive orientada hacia el interior de la vivienda. Como se pudo ver ya en "Persépolis", existen fiestas secretas, encuentros entre personas más liberales, pero todo tiene que ser de espaldas a la calle.
En la intimidad del salón, las mujeres de la familia y de las amistades de Satrapi hablan de sexo, de pollas y de coños, de novios y de maridos, de amantes, de la terrible falta de libertad que padecen. Son todas de diferentes generaciones, pero a pesar de ello están unidas.
Incluso dentro de una dictadura religiosa como la de este país, el hombre tiene más elecciones que ellas. Es menos vigilado, menos controlado por su familia, y puede dedicarse a tener amantes, a irse de juerga y a ser un crápula (a escondidas siempre, por supuesto). No es libre, pero se puede permitir más licencias dentro de una sociedad terrible.
Satrapi retrata un machismo que estaba presente incluso desde los tiempos del Sha, supuestamente más liberal que la República Islámica y que, como he comentando antes, contamina incluso a las clases más progresistas.
Tampoco se corta la autora a la hora de criticar a las mujeres que permiten y enarbolan este machismo: en muchas de las historias de "Bordados" son ellas las primeras que oprimen a sus hijas y las que defienden a capa y espada un sistema monstruoso
Aunque lo hace con humor y con su característico dibujo entrañable, Satrapi habla en este cómic de horrores como matrimonios concertados de niñas con ancianos ricos, de "bordados" en la vagina para simular la virginidad, de hombres que a pesar de llevar más de veinte años viviendo en ciudades occidentales como Londres quieren casarse con una iraní joven sólo para aparentar, del hecho de que nadie quiera a una divorciada por considerarlas deshonrosas, de homosexualidad oculta y de homofobia.
"Bordados" no cuenta cosas divertidas, aunque saque sonrisas. Marjane Satrapi tiene esa gran cualidad: la de extraer humor de situaciones horribles para ponerlas en la picota.
Como "Persépolis", este cómic publicado en 2003 y justo antes del también genial "Pollo con ciruelas", es muy necesario para seguir arrojando luz sobre la situación de la mujer en un país como Irán, que, desgraciadamente, no es el único bajo una dictadura religiosa que existe.
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