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miércoles, 6 de marzo de 2019

LOS OTROS SPIDER-MAN. THE AMAZING SPIDER-MAN (2012)


Para algunos cinco años es mucho tiempo; para otros, no es nada. Sea como sea, lo cierto es que reiniciar una saga como la de "Spider-Man", cuya primera parte tenía en 2012 una década de existencia pero cuya última entrega era de 2007, que como quien dice "estaba todavía ahí al lado", tenía sus inconvenientes. 

La sensación de "Deja Vu" estaba garantizada con "The Amazing Spider-Man", y si no se sabía dar un giro de 180 grados a la trama del reinicio, el efecto todavía podría ser mucho peor.


También, por suerte, tenía sus ventajas practicar este reinicio, especialmente cuando el trabajo del director de las tres primeras películas de la franquicia, Sam Raimi, había sido tan decepcionante en líneas generales.

Porque no es lo mismo, por poner un ejemplo muy socorrido, hacerle sombra a los excelentes y míticos dos primeros "Batman" de Tim Burton (olvidémonos de los dos siguientes de Schumacher, por favor), con "Batman Begins" (que además llegó ya ocho años después de aquella "cosa" que fue "Batman & Robin"), lo cual Christopher Nolan consiguió, que hacerle sombra a los flojísimos "Spider-Man" del director de "Posesión Infental".


Y bueno, Marc Webb no crea una película perfecta, pero supera con creces a Raimi en un sólo filme, lo que no era nada difícil pero lo que de una forma u otra se agradece. Sé que mi opinión es bastante impopular, pero no soy nada fan de la primera trilogía del Hombre Araña.

"The Amazing Spider-Man" tiene esa poderosa sensación de "Deja Vu" que he señalado impresa a fuego, y de hecho sigue un esquema idéntico a la primera de sus antecesoras en algunas partes: la muerte del Tío Ben, la transformación de Peter Parker, el villano que vuelve a ser traicionado por la eterna empresa del eterno Norman Osborn, la historia de amor (ahora con Gwen Stacy)... Todo muy visto... Pero infinitamente mejor llevado.


Para empezar, es preciso señalar que el Spider-Man de Webb SÍ es el verdadero Spiderman o, por lo menos, se parece infinitamente más tanto en físico como en comportamiento al héroe que el del pánfilo bajito y sin gracia que fue el pobre Tobey Maguire: Andrew Garfield es mejor actor, tiene un físico más acorde con el de Peter Parker, es más cínico y cachondo y es más estilizado para las escenas de acción.


Por otra parte, el villano de turno, aunque adolece de seguir el mismo camino del desaprovechadísimo Duende Verde al que dio vida Willem Dafoe, tiene más carisma y llega más al público (entre otras cosas porque es un excelente actor -Rhys Ifans- y, al contrario de lo que se hizo con Dafoe, otro enormísimo actor pero en el filme de 2002 tapado con una máscara cutre, cuando se transforma en el Lagarto los efectos especiales no borran su rostro y le permiten lucirse más).


Finalmente, la Stacy de Emma Stone hace en una sola película mucho más de lo que hace la Mary Jane de Kirsten Dunst, que en toda una trilogía no evolucionó casi nada y sólo servía para ser rescatada una y otra vez por Parker.

Sólo por estas tres cosas, "The Amazing Spider-Man" tumba a su antecesor. Quedan ahí, además, una ambientación más oscura, unas escenas de acción muy divertidas, una Tia May que no da vergüenza ajena y que no es un secundario cómico y un humor más comedido y fino y no basado en la ridiculización constante de Peter Parker.


El reinicio de las aventuras del Hombre Araña también tiene sus fallos, por supuesto. Por ejemplo, el Lagarto no tiene el conflicto interior lo suficientemente desarrollado (pasa demasiado rápido de la bondad a la maldad y viceversa) y la trama de los padres de Peter Parker parece quedarse en el aire.

Pero como remake "The Amazing Spider-Man" supera a sus predecesoras, y con creces (y lo dice uno que no es nada partidario de remakearlo todo a lo bestia y sin dejar tiempo de "respiro", como parece ser que va a ser la moda en los próximos años o décadas).


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