LOS VIAJES DE GUILLIVER de Jonathan Swift - 1726 - ("Gulliver's Travels")
"Los viajes de Gulliver" es el típico libro que te mandan leer, a veces incluso en versión íntegra, cuando eres un niño en el colegio. No sé en qué momento quedó en el imaginario colectivo que era un libro para niños, valga la redundancia (y lo digo sin despreciar a los niños). Porque cuando yo lo leí siendo un infante no pillé ni la mitad de la burla salvaje y canalla que tiene (plenamente actual además en muchos pasajes).
Autor anglo-irlandés, Jonathan Swift escribió este libro como una sátira contra el género humano y a la vez como un cuento filosófico que parodiaba a su vez los libros de viajes, popularísimos en su momento, 1726, cuando fue publicado pero de forma anónima (tras haber sido escrito en 1720).
Swift fue siempre un hombre preocupado por los asuntos políticos y sociales de su momento y también un crítico inmisericorde, pesimista, del ser humano: a pesar de su humor, su fondo es profundamente misantrópico, algo que se le criticó en su día.
Visto como una refutación del optimista "Robinson Crusoe" de Daniel Defoe (comentado en este blog en esta etiqueta de libros), "Los viajes de Gulliver" es una diatriba bufa, loquísima, directamente punki para su tiempo, que se burla de forma inmisericorde de su política contemporánea, de la mencionada naturaleza humana, del fanatismo religioso y de la ciencia deshumanizada.
En un estilo directo y sencillo pero detallado, en primera persona, Swift narra la historia del médico Lemuel Gulliver, que viaja por diversos países imaginarios viviendo alocadas aventuras en las que los asuntos principales mencionados van surgiendo.
La política y el fanatismo religioso aparecen en Liliput y en su guerra con el reino vecino de Beflescu. Las monarquías europeas (y la inglesa en concreto) son ridiculizadas, y también los parlamentos. Los políticos de ambas naciones de personas de tamaño reducidísimo son aduladores, falsos, corruptos, hipócritas y fanáticos. La guerra que se montan por imponer cuál es el lado correcto de romper un huevo es espectacular y desternillante.
También están estos temas presentes en los reinos de Laputa (reino flotante) y Balnibarbi, parodias respectivamente de Inglaterra e Irlanda y de su relación de dominación y sumisión convulsa. Igualmente, en estos pasajes encontramos la crítica a la ciencia sin sentido y sin humanidad, a la ciencia desconectada de la práctica y en última instancia de los seres humanos.
En el reino de Brobdingnag, el de los gigantes (que visita Gulliver antes que las mencionadas Laputa y Balnibarbi) sigue presente la crítica a la política pero también hay una llamada a cuestionar el monopolio de la verdad que cada cultura piensa que tiene de su parte: Guilliver aquí, al contrario que en Liliput, es un hombre del tamaño de un juguete y vive en una amenaza permanente mientras es explotado como una atracción de feria. Especialmente es significativo el golpe a la moral imperialista inglesa que justificaba el tener colonias y educarlas según sus valores por imposición.
El rey de Brobdingnag es además un personaje irónico, lleno de sabiduría, que critica los defectos de las naciones europeas que entonces se creían las dueñas de todo el mundo mientras a su vez expone normas de su nación totalmente delirantes pero de una extraña y a veces atroz lucidez política.
En el país de Glubbdubdrib se expone cómo la historia es escrita por los poderosos y se desmitifica a las grandes figuras históricas, que son tan humanas y tienen tantos errores como nosotros mismos, mientras que en Luggnagg se critica el deseo de la inmortalidad y de querer ir más allá de los límites del ser humano y en Japón (único país real que visita Gulliver) encontramos una cultura milenaria que se rebela contra el colonialismo europeo.
Termina el protagonista en el país de los Houyhnhnms, unos caballos inteligentes que viven con los Yahoos, unos humanos salvajes y animalizados. Aquí se lanza una crítica a la razón pura y a la alienación que trae consigo cuando se separa de toda humanidad.
"Los viajes de Guilliver", delirante, se va volviendo sin embargo triste y misántropa hasta un grado inesperado. Como he dicho, en época de optimismo imperialista inglés esto fue señalado y criticado. Es una obra maestra universal imprescindible, llena de actualidad y de reflexiones aceradas, crudas, humorísticas y a la vez desoladoras.
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