SAINT MAUD de Rose Glass - 2019 - ("Saint Maud")
"Saint Maud", de la que creo que es preciso no saber demasiado para poder disfrutarla, me ha parecido uno de los mejores debuts encuadrados en el cine de terror (o por lo menos en una de sus ramas) de los últimos años.
Su directora es la británica Rose Glass, que sabe elaborar una lúcida parábola sobre el fanatismo religioso (hábilmente extrapolable además a otros fanatismos) que toma de partida un acercamiento muy personal al cine de exorcismos que permite reinventar varios de sus lugares comunes.
Si bien hay alguna laguna o trampa de guión en "Saint Maud", la película destaca por ser en todo momento un hábil retrato de la caída en el mencionado fanatismo, de los mecanismos que mueven esta caída, de la soberbia y superioridad moral que crea dicho fanatismo (sustentadas además en una entrega interesada a la otra persona) y de la locura que acaba propiciando cuando estos parámetros se vuelven extremos (y aquí anclamos con el pertinente juego entre realidad y ficción).
Morfydd Clark está absolutamente espectacular como la protagonista: entrega un papel lleno de fragilidad y de tormento que sin embargo llega a dar verdadero miedo y lo hace sin exageraciones, con limpieza y realismo, sin tirar del efectismo.
La trama, delicada y sutil (por lo que crea además gran contraste con su género, el terror), sabe llevarnos en todo momento por los vericuetos psicológicos del mencionado fanatismo y de sus alucinaciones cognitivas hasta hacernos dudar de qué versión de lo que se nos pone por delante es la real.
La ambientación finalmente es deliciosa en toda su oscuridad realista, y los escenarios y los parajes naturales grises, descoloridos, tenues, son perfectos como una recreación del estado de ánimo de la protagonista y de quien la rodea.
Rose Glass entregó una ópera prima con "Saint Maud" que está llena de interés, que es original en la forma en la que trata de darle la vuelta a los tópicos de su género y que augura una carrera muy prometedora.
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