LAS TORTUGAS NINJA de Steve Barron - 1990 - ("Teenage Mutant Ninja Turtles")
Los cómics de “Las Tortugas Ninja” nacieron a mitad de la década de los ochenta de la mano de Kevin Eastman y Peter Laird como una parodia de acción de aires pulp de otros cómics (entre ellos algunos de Frank Miller como “Ronin” o sus versiones de “Daredevil” y “Elektra”).
Fue tal su inesperado y fulminante éxito que han seguido publicándose hasta hoy en día y han llegado a conformar sus protagonistas uno de los grupos de héroes más famosos y carismáticos de las últimas décadas. Por supuesto, y como era de esperar, también han protagonizado sus correspondientes series de animación y bastantes largometrajes ya hasta este momento.
La primera de las películas basada en sus aventuras fue una producción realizada entre los USA y Raymond Chow que supuso uno de los grandes éxitos mundiales de taquilla de principios de los años noventa, el momento de mayor apogeo de los quelonios.
“Las Tortugas Ninja” sigue la estela de la serie animada que se emitió desde 1987 hasta 1996, la primera que se creó y tal vez la más infantil de todas. Dicha serie no era del todo fiel a los cómics de Eastman y Laird, suavizaba de sobremanera los actos de sus protagonistas y enemigos y eliminaba prácticamente toda clase de violencia (que en el original si existía).
El filme que nos ocupa se aleja un poco curiosamente de esta serie para retornar a los cómics originales aunque sin el toque oscuro de estos. Tiene aciertos y desaciertos: es una obra en la que el humor es el protagonista casi absoluto pero muestra también los conflictos internos de la tortuga Raphael (la más ambigua, sombría y brutal de las cuatro), conflictos que en la serie de animación casi no existían (de hecho, Raphael era el carácter menos desarrollado de dicha serie).
También es rescatado con acierto un personaje primordial de los cómics que en la mencionada primera entrega de dibujos animados fue inexplicablemente relegado a simple secundario (tal vez por su carga violenta y marginal): el pandillero amigo del grupo Casey Jones, interpretado con gracia por Elias Koteas.
A pesar de estos detalles, el tono naif, paródico y humorístico es el que predomina en el filme, dirigido con solvencia por Steve Barron, que sabe recrear bastante bien la atmósfera pulp con un consciente aliento de serie B que poseía la obra escrita, atmósfera que viene espléndidamente apoyada por el vestuario creado por la Jim Henson’s Creature Shop, que es toda una delicia de buen hacer artesanal (en especial el traje del Maestro Splinter, maravilloso).
“Las Tortugas Ninja” es una película que tiene encanto, a pesar de que su humor se ha quedado notablemente desfasado. Sus escenas de acción son divertidas (y muy difíciles de rodar dado el peso de los trajes de los actores), su historia a pesar de ser simple y lineal resulta interesante y su villano (el eterno Shredder) tiene carisma.
Hay que tener en cuenta, por supuesto, que la cinta está enteramente dirigida a un público infantil, y es así como hay que valorarla, ya que como esta clase de producto cumple con mucha dignidad su cometido. Eso sí: sus dos inmediatas secuelas fueron terribles incluso para los que en la época éramos niños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario