KILL BILL. VOLUMEN 1. de Quentin Tarantino – 2003 – (“Kill Bill. Volume 1.”)
“Kill Bill” es el cuarto largometraje dirigido por Quentin Tarantino tras las excepcionales “Reservoir Dogs” y “Pulp Fiction” y la muy buena e infravalorada “Jackie Brown”. Presentado en dos entregas debido a su muy larga duración, el filme vuelve a ser un ejercicio de estilo en el que su creador mezcla todo tipo de influencias estéticas, narrativas y argumentales para configurar un loco homenaje a las series y películas de acción y artes marciales orientales y también a los clásicos mangas japoneses (sus tres filmes anteriores eran homenajes al cine negro clásico y moderno, al pulp y al blaxploitation).
“Kill Bill” no trae nada nuevo, pero como el cóctel espectacular (spaghetti western, serie B, cine de yakuzas, animación oriental…) y la parodia que es funciona perfectamente.
Tarantino, hábil creador de collages fílmicos, presenta una película tremendamente simple que logra hacer pasar un buen rato frente a la pantalla (ambas entregas) mientras reproduce de nuevo una personalidad artística destacada.
Su estructura, al contrario que la de las mencionadas “Reservoir Dogs” y “Pulp Fiction”, no presenta una construcción ni innovadora ni imaginativa: es, tal vez, conscientemente lineal (salvo en ciertos momentos iniciales). La historia que narra es bien simple: una mujer misteriosa, La Novia, despierta de un letargo de varios años para vengarse de los que destrozaron su vida. Estos son cuatro grandes guerreros y su líder, Bill, un personaje también misterioso.
Mientras las identidades de La Novia y de este último se van desvelando por el divagar de la trama, que contiene numerosos flashbacks y que se mueve adelante y atrás en el tiempo (aunque se estabiliza posteriormente, como he comentado), la primera va asesinando uno a uno a los guerreros mencionados en espectaculares combates por todo lo alto. Y fin de la obra.
“Kill Bill” narra, con mucho desenfado y mucho cachondeo, lo que hemos visto en miles de series y mangas (y videojuegos) de lucha: el protagonista pelea contra unos combatientes con poderes especiales y se enfrenta a un “jefe final” cuando ya los ha vencido. Como fondo, hay una historia, además de venganza, de amor y de desamor, de decepciones, de ambiciones, de mentiras y de engaños que no revelo con el asunto principal centrado en la necesidad que puede aflorar en una máquina de matar de integrarse en la sociedad y "sentar la cabeza".
Tarantino le da a esta obra un toque épico que ninguna de sus anteriores cintas ha tenido y que se fusiona sin problemas con su ya sí característico humor negro canalla, absurdo, delirante y completamente desprejuiciado.
La violencia vuelve a ser cruda y vistosa, brutal y sádica, y los diálogos vuelven a ser chispeantes, ágiles, divertidísimos; a veces inteligentes, a veces zafios, a veces directamente surrealistas.
Los personajes también siguen su línea: estrambóticos, esperpénticos, con un cierto toque tierno y otro brutal (estos personajes poseen además, y cómo no viniendo de Tarantino, un gran carisma y personalidad, mientras que como es costumbre vienen interpretados por grandes actores y actrices, algunos -los secundarios especialmente- en horas bajas en su momento, a los que el director sabe extraerles todo su jugo: Uma Thurman, Lucy Liu, Vivica A. Fox, Michael Madsen, Daryl Hannah y David Carradine).
Por supuesto, todo el metraje está lleno de guiños y referencias culturales de todo tipo, especialmente en lo referente al cine y a la música (la banda sonora vuelve a ser genial y a estar exquisitamente escogida). También, por supuesto, hay referencias divertidas y autocomplacientes hacia los propios filmes de su creador.
Respecto al “Volumen 1”, que es el que ahora comento, hay que decir que no es más que un larguísimo prólogo al “Volumen 2”: es una presentación escueta de los personajes principales y un interminable muestrario de escenas de acción y homenajes desquiciados.
Es lo que pretende ser, y es muy divertido y directo, aunque sí que se echan en falta más escenas que aporten algo a la trama principal: apenas existen cinco o seis apuntes argumentales que sirven como excusa para una imparable y frenética orgía de luchas y sangre (entre las que destaca el delirante combate contra los 88 Maníacos).
Por otra parte, se echa en falta en este primer volumen, también, más desarrollo de los personajes; las dos guerreras a las que La Novia (una muy carismática Uma Thurman) se enfrenta (Vivica A. Fox y Lucy Liu) apenas tienen peso en la trama: son dos personajes planísimos y que, salvo sus aspectos y actitudes extravagantes, no aportan absolutamente nada (y en, por ejemplo, “Pulp Fiction”, hasta el más insignificante secundario aportaba algo a la historia). A pesar de todo es este un primer volumen, un prólogo, como he comentado, y se le pueden perdonar estos fallos en vista a la segunda entrega.
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